¡Sinvergüenzas!

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Por Mauricio Eduardo Colorado.-

Es oficial. Se ha dado a conocer, por fin, una segunda parte de la lista de asesores  de la Asamblea Legislativa, que la anterior se negó a publicar, pese a que la ley de transparencia, así lo ordenaba.

Aunque entendemos que aun hay pendiente información que no se ha querido hacer pública, con lo que se ha revelado, tenemos información para darnos cuenta de que los dineros que aportamos los ciudadanos para el gasto publico, es decir nuestros impuestos, no se están invirtiendo en forma correcta, ya que ha quedado demostrado que existen personas que cobran en dos lugares diferentes, en forma irregular, incorrecta, y si se quiere ilegalmente.

Aparte de las responsabilidades civiles, como devolver lo recibido sin justa causa, o penales como responder penalmente por lo recibido indebidamente, queremos calificar a los involucrados en tan deleznable actitud, como ¡SINVERGÜENZAS!.

Aunque para muchos, que esperamos no sean tantos, lo realizado es una viveza, una oportunidad aprovechada, o una forma de mejorar sus ingresos, lo cierto es que además de una acción incorrecta desde todo punto reprobable, esos pagos son siempre censurables.

Quienes se hacen acreedores a esa equivocada conducta, muy difícilmente podrán justificar ante los salvadoreños honrados su deplorable actitud. Poca o ninguna conciencia social muestran estos sinvergüenzas, porque al tomar lo que no es suyo, además de cometer falta grave, dejan a otros muchos sin posibilidades de recibir lo que les corresponde.

Se habla mucho los abusos de los funcionarios y empleados que abusan del presupuesto de la nación, con viajes, vehículos, gasolina, y de otro sinfín de maneras  de gastar el dinero del pueblo sin que se gaste en tanta necesidad urgente y verdadera en los diferentes rubros, como lo es Salud.

Se advierte que a estas alturas del desarrollo político de la nación el Estado es incapaz de corregir estos abusos.

Ya es tiempo de que alguien alce su voz contra los sinvergüenzas que disfrutan del erario nacional sin corresponder en forma consecuente con las necesidades prioritarias de la nación. Y lo más triste de todo es que los nuevos funcionarios que llegan con todas las buenas intenciones de corregir los errores o deficiencias del pasado, pareciera  que quienes permanecen en los cargos anteriores o empleos permanentes se encargan de ensenar los trucos o formulas para defraudar el presupuesto y perjudicar al usuario del servicio.

De todas maneras, aunque se haga poco o nada para meter en cintura a estos sinvergüenzas, esperamos que el público proteste y muestre su indignación por estos vergonzosos hechos que en El Salvador a diario se producen. Con la denuncia y la vergüenza saldremos adelante.

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