El Senado confirmó el miércoles a Rex Tillerson al cargo de secretario de Estado, un miembro crucial del equipo de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump.
Tillerson fue investido rápidamente durante una ceremonia en la Oficina Oval de la Casa Blanca, donde Trump lo llenó de elogios.
“Se entiende que el trabajo de nuestros diplomáticos y la misión del Departamento de Estado es servir a los intereses de Estados Unidos para que nuestra nación sea más segura, para que nuestro país sea más próspero y nuestro país esté mucho más libre de riesgos”, le dijo el presidente. “Realmente creo que podemos lograr paz y estabilidad en estos tiempos muy, muy difíciles”.
Con votación de 56-43, los senadores aprobaron al cargo al exdirector general de Exxon Mobil después de que los demócratas montaron una sonora pero fallida campaña para descarrilar su nominación. Dijeron que temían que su carrera de cuatro décadas en la gigantesca empresa del sector de la energía significaba que él vería el mundo sólo a través de la óptica de un ejecutivo corporativo, y cuestionaron si confrontaría a Trump cuando crea que el presidente esté equivocado.
Pero los republicanos rechazaron las impugnaciones y declararon a Tillerson altamente calificado para el cargo. Él tendrá las manos llenas de trabajo tan pronto como inicie su responsabilidad, y lidiará con muchos de los mismos dilemas geopolíticos que enfrentaron sus predecesores. Mientras los senadores emitían sus votos, la Casa Blanca de Trump puso a Teherán “sobre aviso” después de que militares iraníes probaron un misil balístico y de que rebeldes aliados en Yemen atacaron un buque de guerra saudí en el Mar Rojo.
Tillerson también tendrá que atender cualquier repercusión que surja del decreto de Trump sobre la inmigración que impide durante 90 días la entrada a Estados Unidos de refugiados y de viajeros con pasaporte de siete naciones predominantemente musulmanas.
“Tengo confianza en que Rex Tillerson tiene la habilidad para ser el líder efectivo que el Departamento de Estado necesita”, dijo el senador republicano Bob Corker, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara alta.