Periodista guatemalteco pone en evidencia inutilidad de Parlacen

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El reconocido periodista guatemalteco, Gonzalo Marroquín, de quien nos honramos al considerarnos sus amigos, pone en evidencia, una vez más la inutilidad del Parlamento Centroamericano, Parlacen, después que el presidente saliente de Guatemala, Jimmy Morales, anunciara que va por un puesto en dicho organismo considerado por muchos como “chiche de hombre” nombre sarcástico para decir que no sirve para nada.

Marroquín, con la valentía presidente que siempre le ha caracterizado, hace señalamientos demoledores pero concretos e irrebatibles en el sentido de que sus integrantes para lo único que son buenos es para cobrar la nada envidiable cantidad de $4.000.00, libres de impuestos y de todo, en una Centroamérica que lucha por dejar atrás la pobreza, pero que sigue agobiada por la desigualdad, el atraso económico y la violencia. 

El Parlacen abandonó desde hace mucho tiempo su discurso regional de unidad política económica y social para convertirse en refugio de presidentes peculadores, diputados y ex funcionarios de gobierno que lo que buscan, más que las cuatro mil maracandacas, es protegerse de las acciones penales en espera de que cualquier actividad censurable que hayan cometido prescriba por la acción del tiempo. Para eso sí sirve el Parlacen.

El siguiente es el texto del articulo que en la sección -enfoque- del Periódico de Guatemala, publica este día tres enero del 2020, nuestro amigo, el periodista Gonzalo Marroquín Godoy. Recomendamos su lectura porque ya es hora de que ese malogrado parlamento sea hecho a un lado para dar lugar a un Instituto Centroamericano de Educación Política, donde se formen verdaderos líderes que buena falta nos hacen.

El Presidente Kaibil corre al Parlacen

Jimmy Morales no deja de sorprender. Ahora es Kaibil –honorario, por supuesto– y se prepara para ir al Parlacen, que no sirve para nada.

Por: Gonzalo Marroquín Godoy / Enfoque

Voy a principiar escribiendo cinco nombres tomados al azar: Aixa Marilú Aguilar Revolorio, Diego Arzú García-Granados, Joaquín Flores España, Gilmar Othmar Sánchez Herrera. Todos forman parte del listado de diputados del flamante e inoperante Parlamento Centroamericano (Parlacen). ¿Ha escuchado alguna declaración de ellos durante los últimos cuatro años? ¿Conocía sus nombres? ¿Cree que han hecho algo medianamente significativo, más allá de cobrar puntualmente sus US$4,400 mensuales?

Más grave aún, me imagino que los nombres de Alejandro Maldonado y Alfonso Fuentes Soria sí los puede recordar la mayoría de lectores de este Enfoque, pues fueron presidente y vicepresidente de la República a la caída de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. Pero ¿Escuchó alguna declaración de ellos como parlamentarios centroamericanos o sabe de alguna iniciativa que pudieron haber tenido para hacer operante ese elefante gris y justificar su sueldo?

Pero todavía puedo ir más allá con ejemplos dramáticos. Los expresidentes Vinicio Cerezo, Álvaro Arzú y Álvaro Colom, también pasaron por el Parlacen, pero ninguno tuvo alguna acción que trascendiera. Ni siquiera una declaración importante. Hicieron lo mismo que hacen todos los diputados que llegan a ese organismo regional: no hacer nada y cobrar puntualmente.

Que yo recuerde, solamente Roberto Carpio Nicolle hizo que el Parlacen sonara en las noticias, aunque sea por declaraciones sobre algunos temas relevantes, como el de la crisis del café, allá por el año 1991, si no me equivoco.

Este año, migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador, sufrieron una serie de vejámenes de parte de las autoridades migratorias en Estados Unidos. Miles de familias fueron separadas para presionarlas y ser deportadas. La persecución contra migrantes indocumentados de estos países se ha intensificado en aquel país. ¿Ha levantado, aunque sea su débil voz, el Parlacen?

Para justificar parte de sus salarios, se supone que funcionan 14 comisiones de trabajo. Entre ellas, hay por lo menos tres que debieron tomar cartas en el asunto migratorio. La primera la de Seguridad Ciudadana, Paz y Derechos Humanos.

Incluso organismos de derechos humanos en Estados Unidos levantaron su voz de protesta por el trato contra los migrantes. La segunda es la de La Mujer, Niñez, Juventud y Familia. De nuevo, silencio absoluto, mientras parlamentarias estadounidenses, como la congresista Norma Torres, no solo se hicieron escuchar, sino ella se presentó en los centros de detención para verificar los malos tratos que se estaban reportando contra los menores y las familias.

La tercera comisión que pudo haber formulado alguna iniciativa para intervenir es la de Relaciones Internacionales y Asuntos migratorios. Al menos por el nombre, los integrantes de esta comisión no debieron hacerse los locos. Pero todos los diputados centroamericanos tuvieron una excelente oportunidad para demostrar que son algo más que políticos de pacotilla.

El Parlacen se pinta todo el tiempo de cuerpo entero con su inoperancia e inexistencia en la vida de los centroamericanos. ¿Qué pasaría en la región si mañana deja de funcionar? Nada, absolutamente nada. Debiera darles vergüenza a los diputados y trabajar para justificar la existencia de un ente que se ha vuelto receptor de becas políticas de los partidos políticos.

Bien hizo Costa Rica al no aceptar ser parte del Parlacen. Se ahorra dinero que puede utilizar para mejores causas.

Ahora se pone de actualidad el tema por la noticia de que piensan adelantar las sesiones de enero próximo para que lleguen corriendo Jimmy Morales y Jafeth Cabrera para ser juramentados prontamente y, de esa manera, gocen de inmunidad parlamentaria de manera inmediata.

Jimmy Morales realizó una visita recientemente al Parlacen –el pasado 28 de octubre–, en la que declaró tenemos que hacer que funcione. Ese día se reunió con autoridades centroamericanas y seguramente logró que se adelantara la fecha en que se juramente a los 20 diputados guatemaltecos, así como a los que para ese entonces serán expresidente y ex vicepresidente.

La ventaja es que ahora podrá llegar con su gorra de valiente Kaibil –al estilo del diputado Estuardo Galdámez, de su mismo partido–, luego que el Ejército lo nombrara Kaibil honorario. Lo malo, es que si siendo presidente optó por tomar el bando de Mr. Trump contra los guatemaltecos migrantes, es imposible pensar que como diputado del Parlacen haga algo distinto.

Bueno, qué triste que este organismo sea noticia solo cuando se le recuerda por ser un reducto politiquero y que luego pasen otros cuatro años para que vuelva a cobrar la misma vergonzosa notoriedad.

Veremos si Alejandro Giammattei, eleva a la instancia de presidentes de la región, alguna iniciativa para hacer que el Parlacen pueda ser funcional y pueda dictar, algún día, iniciativas que sean vinculantes. Soñar no cuesta… pero no me extrañaría que en cuatro años, tenga que escribir algo parecido.