No condenar a Rusia fue una metida de pata garrafal

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Por Eduardo Vázquez Becker,- .El Salvador. Uno de los países más pequeños de América Latina, pero con los mismos derechos de igualdad que cualquier otros país miembros de las Naciones Unidas, fue uno de los 35 países que se abstuvo de votar por una resolución de condena a Rusia por su agresión a Ucrania.

La abstención de El Salvador ha estado rodeada del más estricto silencio gubernamental. Ni el presiden Bukele ni ninguno de sus funcionarios ha dicho “pio”. Lo único que ha trascendido es que no fue una decisión propia del pais, y que, por lo contrario, se trató de una orden de China.

El gobierno salvadoreño también ha mantenido silencio sepulcral sobre el conflicto en diversas peticiones de Organización de Estados Americanos.

La descabellada decisión de El Salvador de abstenerse de apoyar, sin razonamiento alguno, la condena contra Rusia por invadir a Ucrania traerá consigo la obligación del gobierno de Bukele de decir de qué lado del mundo está y cuáles son sus verdaderas intenciones.

Los 141 países que votaron a favor del proyecto de resolución titulada “Agresión contra Ucrania”, entre los cuales están Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Belice, República Dominicana, Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay República Dominicana y Estados Unidos, tarde o temprano le van a pedir cuentas a El Salvador junto con Nicaragua, Bolivia, Cuba y Venezuela. De eso pueden estar seguros. Por el momento, en los Estados ya se habla de revisar acuerdos bilaterales de Libre Comercio y eso solo es el principio.

La resolución de condena que estos paises no quisieron apoyar reafirma la importancia de la Carta de la ONU, para promover el estado de derecho entre las naciones y recuerda la obligación de todos los Estados “de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”. Quienes rechazaron o se abstuvieron de votar por dicha resolución han quedado en evidencia como contrarios a resolver las controversias por medios pacíficos.

La Asamblea General insta a resolver el conflicto de forma pacífica y solicita tanto a Moscú como a Kiev que apuesten por el diálogo y la negociación.

La metida de pata ha sido garrafal; sin embargo algo se puede hacer, El Salvador puede pedir a Rusia y a Ucrania, en el maco de sus relaciones bilaterales, que acuerden medidas extraordinarias para resolver las controversias por medios pacíficos antes que las amenazas de llevar al mundo a un nuevo desastre atómico se hagan realidad.