Los Talcigüines volvieron a purgar los pecados de los salvadoreños

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(DigitalPhoto/efe)

Fieles católicos, lugareños y foráneos se dieron cita como cada Lunes Santo, en la localidad de Texistepeque, para que los “endiablados” Talcigüines les purguen sus pecados a golpe de látigo, como manda la ancestral tradición.

Ataviados con túnicas y máscaras rojas, un total de 45 “hombres endiablados“, según el significado de talcigüín en la lengua indígena náhuat, inundaron las calles de la localidad con el dolor que reparten sus látigos de cuero, con los que “limpian” de sus culpas a los asistentes.

La tradición de los Talcigüines consiste en una representación teatral que recrea la eterna batalla entre “el bien y el mal“, en la que, año tras año, los “endiablados” son sometidos por Jesús, representado por Walter Salguero, quien dijo a periodistas que “el todopoderoso triunfa, porque el bien siempre vence al mal”.

El acto, al que asisten cada año miles de personas, comienza desde muy temprano, cuando los participantes asisten a escuchar misa alrededor de las 07.00 am, además confesarse y comulgar.

Posteriormente, los Talcigüines corren despavoridos por las empedradas calles de Texistepeque, departamento de Santa Ana, para encontrarse con Jesús en cada esquina, con quien libran una simulada batalla en la que finalmente los “endemoniados”, símbolo del mal, caen al suelo, de modo que son vencidos por el bien, en la figura del Nazareno.

Con la rabia de la derrota, cada “endiablado” corre por las calles mientras ondea su latigo y reparte crueles golpes a los asistentes, quienes corren a un lugar donde los azotes no los alcancen o los aceptan resignados, con el objetivo de purgar sus pecados. La tradición dice que por cada latigazo recibido, se limpia una culpa.

Aunque se desconoce la fecha en la que se inició esta tradición, la batalla de los Talcigüines es uno de los actos más destacados durante la conmemoración de la Semana Santa en El Salvador,  de mayoría cristiana y donde las procesiones y la devoción inunda las calles e iglesias en estos días.

La tradición fue declarada patrimonio cultural intangible de El Salvador en 2014, recordó Salguero, quien lleva 39 años, de sus 51, representado a Jesucristo.

El Lunes Santo atrae a Texistepeque a nativos que, por diversos motivos, se vieron obligados a emigrar, mayoritariamente a los Estados Unidos, y regresan por esta fecha para vivir el fervor que para ellos supone la celebración de los Talcigüines.

Además, salvadoreños llegados de diversos puntos del país acuden a limpiar sus pecados o a disfrutar de la ancestral tradición, cada año más numerosa.

Los Talcigüines, cada vez conocidos en más partes del mundo, atraen a diferentes nacionalidades, como checos, franceses o coreanos, que se mezclan con la cultura originaria salvadoreña, sumándose así a un evento que, aunque más desconocido de lo deseado por los lugareños, cada año que pasa lo es menos.

Así lo manifestó Salguero, quien “con todo orgullo” dijo que “cada vez llegan a la localidad más medios de comunicación que dan a conocer esta tradición y esto es muy positivo para un pueblo con una costumbre ancestral como la de los Talcigüines”.

 

 
Efetour