La fiscalía General de la República dice que desde el año 2003, estando en la presidencia Francisco Flores, dieron inicio los arreglos con las pandillas con el pretexto de reducir el índice de criminalidad en el país. La FGR sustenta sus afirmaciones en las declaraciones de un testigo criteriado, Noé, durante el juicio que se sigue contra más de 400 pandilleros.
Según la FGR, Noé ha declarado que entre los políticos que iniciaron los arreglos con las pandillas, figuraba Norman Quijano quien se habría reunido con los delincuentes en repetidas ocasiones para tratar el asunto del incremento de crímenes cuya cifras sobrepasaban los 50 diarios, cosa que nos colocó como el país más violento del mundo. Durante esa época los pandilleros aún no eran calificados como terroristas.
El diputado Norman Quijano, está señalado de haberse asociado con pandilleros para hacer fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2014.
En 2017 el general David Munguía Payés admitió y reconoció judicialmente que los arreglos con las pandillas caficado como tregua, fue ordenado por el ex presidente Mauricio Funes y que los mismos se implementaron en el ministerio de la defensa.
La Fiscalía sostiene que, según el testimonio de un ex pandillero conocido como Noé, un grupo de políticos llegó al penal de Apanteos (Santa Ana) para negociar disminución de asesinatos a cambio de beneficios a las pandillas en las cárceles.
Los acuerdos con el Gobierno se cayeron en la presidencia de Elías Antonio Saca, preso por corrupción, luego del traslado de cabecillas a penales de máxima seguridad. Las pandillas volvieron a tener acercamientos con políticos en 2009, cuando ayudaron a ganar la presidencia a Mauricio Funes, del FMLN, prófugo de la justicia.
El nexo político se concretó con la denominada tregua entre pandillas, cuando los delincuentes pactaron con Mauricio Funes disminuir los homicidios a cambio de beneficios penitenciarios, como en 2003. Según la Fiscalía, fue en las negociaciones con el FMLN cuando los pandilleros adquirieron conciencia del poder político que tenían en sus manos y buscaron más conexiones políticas. Durante esta fase de la tregua tuvieron participación sobresaliente el ex ministro David Munguía Payés, el también ex ministro Perdomo, el sacerdote xxxx, el ex guerrillero Raúl MIjango y el periodista Paolo Luers, entre otros.
En agosto de 2017 David Munguía Payés, ministro de Defensa, aceptó que la tregua entre pandillas se originó en su despacho cuando fungió como ministro de Justicia y Seguridad.
Payés dijo en su declaró como testigo de descargo, en el juicio contra 18 personas, principalmente exfuncionarios de Centros Penales, acusadas de facilitar el ingreso de ilícitos a las prisiones donde estaban recluidos cabecillas de pandillas.
El ex funcionario agregó en su testimonio que fue Raúl Mijango quien le presentó una “propuesta de planificación”, en enero de 2012, por lo que pidió una audiencia con el entonces presidente de la República, Mauricio Funes, quien avaló el proceso; pero le dijo que no podían confiar en Mijango, por lo que decidieron incluir a monseñor (Fabio) Colindres y a dos infiltrados del Organismo de Inteligencia del Estado.
Esos infiltrados, según Munguía Payés, le informaban sobre las reuniones de los mediadores con pandilleros y colaboraban con perfilar a los cabecillas de las tres pandillas y la organización de las clicas.
Pese a haber aceptado que la planificación de la tregua fue parte de una “política de Gobierno”, en la que jugó un papel decisorio, Munguía Payés ha logrado evadir la justicia.
