La primera vez que Donald Trump se dirigirá al Congreso podría ser una oportunidad para reenfocar a su joven gobierno a los principales problemas económicos que ayudaron a que fuera electo y, que esperan sus aliados, lo aleje de las distracciones y heridas auto infligidas que han agitado su mandato.
Los asesores de Trump dicen que aprovechará su discurso del martes para declarar el pronto avance en sus promesas de campaña, entre ellas el arranque de la construcción del muro en la frontera del sur, y para trazar un mapa de las polémicas prioridades legislativas, como el presupuesto para infraestructura y seguridad social.
“Gastamos miles de millones en el Medio Oriente, pero tenemos baches por todo el país”, dijo Trump el lunes mientras revisaba el discurso durante una reunión con los gobernadores del país. “Empezaremos a gastar mucho en infraestructura”.
Los republicanos, impacientes por avanzar en la ambiciosa agenda legislativa, esperan que Trump llegue al Capitolio con detalles sobre el reemplazo de la ley de salud Obamacare y una revisión del sistema fiscal del país. Dos temas que, hasta ahora, sólo han discutido en términos generales. De forma más ambiciosa, algunos republicanos están ansiosos de que el presidente haga a un lado su enemistad con la prensa, la comunidad de inteligencia y las cortes, que han eclipsado las prioridades políticas del partido.
Aunque la mayoría de los presidentes disfrutan de una luna de miel, Trump cuenta con niveles históricamente bajos de popularidad – sólo 44% de los estadounidenses aprueban su labor, según una nueva encuesta de NBC News/Wall Street Journal. Su decreto de mayor alcance fue bloqueado por las cortes federales, lo que hizo que sus asesores reescribieran una nueva directriz de viaje y migratoria, que se espera que sea firmada el miércoles por el presidente.
La moral también decae entre los funcionarios de la Casa Blanca luego de una serie de filtraciones que han hecho que los asistentes se cuestionen entre ellos. El domingo, Politico reportó que el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha llevado a cabo “revisiones telefónicas” sorpresivas en su equipo de comunicaciones luego de que se hicieran públicos detalles de una reunión entre funcionarios.
En público, Trump aún habla de su presidencia con su típica jactancia, al declarar que “nunca ha habido una presidencia que ha hecho tanto en un periodo de tiempo tan corto”. Pero, en privado, ha ventilado su frustración a amigos y socios, sobre todo sobre lo que considera una inefectividad de los esfuerzos de comunicación de la Casa Blanca y la naturaleza dispersa de sus primeras semanas en el puesto.