Todos juntos digamos: ‘No a la corrupción’”, clama el Papa.

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KINSHASA.- Agencias.-  Luego de concluir su visita de tres días a la República Democrática del Congo (RDC), en la que hoy instó a los jóvenes a luchar contra la corrupción, el papa Francisco iniciará este viernes un esperado “peregrinaje por la paz”, lleno de desafíos, en Sudán del Sur, el país más joven del mundo, desgarrado por la guerra. Y está por verse si su llamado a la reconciliación será escuchado por las autoridades.

“Tu eres indispensable y responsable de tu iglesia y de tu país. Perteneces a una historia más grande que te llama a ser actor”, dijo el Papa en un estadio colmado de 65.000 jóvenes congoleños. “Todos juntos digamos: ‘No a la corrupción’”, clamó.

Al ritmo de tambores, cantos y danzas tradicionales, el líder de la Iglesia católica -primer papa que visita RDC desde Juan Pablo II en 1985- hizo una entrada triunfal en el estadio de los Mártires a bordo de su papamóvil, saludando y bendiciendo a la multitud al son de la música.

RDC es un país marcado por el conflicto, el desempleo y las luchas por el poder y donde cerca del 60% de la población tiene menos de 20 años.

Viaje a Sudán del Sur

Francisco ,añana viajará a Juba, la capital de Sudán del Sur, uno de los países más pobres del mundo, donde cerrará su gira de seis días por África.

Se trata de la primera visita de un papa desde que el país de mayoría cristiana se independizó en 2011 tras una lucha de décadas contra Sudán, de mayoría musulmana.

Pero la independencia no trajo la paz al país inmerso en la violencia. El Papa conoce al presidente Salva Kiir y a su vicepresidente y rival, Riek Machar, a quienes imploró deponer las armas tras la guerra civil que dejó 380.000 sursudaneses muertos y al país, en ruinas.

Francisco causó impacto en 2019 en el Vaticano cuando se arrodilló ante Kiir y Machar y besó los pies de los dos rivales. ”Su pueblo aspira a un futuro mejor, que solo llegará con la reconciliación y la paz”, dijo Francisco a los líderes asombrados por el gesto.

Pero cuatro años después la violencia perdura alimentada por las élites políticas. ”La gente sigue muriendo en todo el país”, dijo Ferenc David Marko, investigador del International Crisis Group. ”Las cosas están peor que en el momento más álgido del conflicto”, agregó.

Muchos esperan que Francisco pueda revivir el abandonado proceso de paz, estancado desde aquel momento extraordinario en Roma. ”Quiero creer que esta visita será un punto de inflexión”, declaró el padre James Oyet Latansio, secretario general del Consejo de Iglesias de Sudán del Sur.

El papa “tiene una capacidad única, creo, de involucrar a los líderes del país y lo que se necesita para que el país alcance una paz duradera”, declaró en enero Nicholas Haysom, enviado especial de la ONU a Sudán del Sur.

Francisco estará acompañado en la visita por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields.

Las autoridades eclesiales tienen “tremenda credibilidad y autoridad moral” en Sudán del Sur, aseguró John Ashworth, un misionero jubilado con 40 años de experiencia en Sudán y Sudán del Sur.

En los peores momentos de las guerras de liberación, la iglesia negoció la paz y dio resguardo y atención a civiles de todos los bandos ante la ausencia de apoyo gubernamental o internacional.”La única institución que permaneció en el terreno fue la iglesia”, declaró Ashworth.

Cuando estalló la guerra en 2013, el clero defendió a los civiles y se pronunció contra la brutalidad, tomando grandes riesgos en un país con poco margen para la crítica. Las iglesias que albergaban a civiles eran atacadas y los sacerdotes asesinados, recordó Christopher Tounsel, profesor de historia en la Universidad de Washington y estudioso del cristianismo en Sudán del Sur.

Los líderes eclesiales fueron excluidos de las conversaciones de paz, lo que redujo su influencia política.”La iglesia aún es una voz respetada, pero no tan respetada como antes”, señaló Ashworth.

Algunos observadores creen que Francisco tiene más posibilidades que otros de ser escuchado por Kiir, un católico devoto que quedó conmovido por el gesto papal en el Vaticano. Pero analistas señalan que el presidente está preocupado con la consolidación de su poder y con derrotar a sus rivales, mientras que las filas de Machar están divididas y enfrentadas, un escenario complejo para cualquier diplomático.”Me pregunto cuánto impacto tendrá una visita del papa Francisco en términos de generar un cambio real, o si será otro viaje simbólico”, comentó Tounsel.