La subasta del Lamborghini Huracán, una coupé blanca con líneas doradas que le habían regalado al papa Francisco, logró recaudar más de 800 mil dólares que serán destinados a proyectos de ayuda humanitaria, principalmente para cristianos que fueron expulsados de Irak, mujeres víctimas de trata y poblaciones pobres de África, informó la Fundación Pontificia.
Aunque no trascendió quién es el que se llevó el Lamborghini, según la información divulgada por la agencia de noticias católicas ACI, la casa Sotheby’s, en el Principado de Mónaco, fue la firma encargada de la subasta del automóvil de lujo vendido -finalmente- en unos 715 mil euros, bastante más que los 230 mil euros en que había sido valuada esta edición especial para el Papa.
En su página, la empresa Lamborghini describe que el Huracán puede alcanzar los 325 kilómetros por hora y que necesita apenas 3,2 segundos para acelerar de 0 a los 100 kilómetros por hora. Tiene además, motor V10, palanca de siete cambios, “asientos deportivos perfectamente perfilados” y “habitáculo con acabados de altísima calidad”.
Pero el Papa apenas llegó a bendecirla y la envió a la subasta de inmediato.
Según se informó oficialmente, el 70% de lo recaudado será para la Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que trabaja en el retorno de los cristianos que fueron expulsado de Irak por el Estado Islámico. La mayoría de ellos vivían en Nínive y perdieron sus casas, sus pertenencias y lugares de culto.
Francisco había recibido el Lamborghini el pasado 15 de noviembre en un acto al que asistieron los directivos de la empresa automotriz.
Además de ACN, también recibirán parte de lo recaudado la Comunidad Papa Juan XXIII, que trabaja con mujeres víctimas de la trata y la prostitución, y dos asociaciones italianas que realizan tareas humanitarias en África. Se trata del Gicam de Marco Lanzetta (que hace cirugía de manos) y Amigos de África Central, cuya labor se centra en ayudar a niños y mujeres, según informó la agencia ANSA.