Space X puso en órbita el Starship pero se desintegra al reentrar en la atmósfera

Desde la Starbase situada en Texas, la nueva prueba de vuelo fue lanzada y es clave para los planes de la NASA de llegar a la Luna con éxito en 2026

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Con una altura de más de 122 metros el cohete Starship de la compañía espacial privada SpaceX logró su tercer lanzamiento desde Starbase cerca de la playa de Boca Chica en el sur de Texas.

La empresa aeroespacial del magnate Elon Musk, Space X, por fin ha conseguido su objetivo. Dicha compañía ha lanzado su megacohete Starship, en un tercer intento de lanzamiento, tras conseguir la licencia de vuelo de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).

Starship despegó a las 07:25 hora Centroamérica desde las instalaciones centrales de Boca Chica (Texas, Estados Unidos) gracias a la propulsión de la primera etapa del vehículo espacial –el lanzador Super Heavy de 33 motores Raptor–. Además, tras el despegue, el cohete realizó su trayecto previsto de casi una órbita alrededor del planeta, durante la cual se desplazó a unos 160 kilómetros de altura y a una velocidad de más de 26.000 kilómetros por hora. Y, después, tras más de una hora de vuelo, Starship logró abrir y cerrar las puertas de la nave y transferir combustible de un tanque a otro, tal y como estaba planificado.

Sin embargo, cuando llegó el momento de hacer el reingreso a la atmósfera terrestre, la comunicación se cortó y, momentos después, los controladores de la misión confirmaron que habían ‘perdido’ a Starship durante su descenso a más de 25.000 kilómetros por hora. 

Al final, a pesar de que dicho cohete no sobrevivió a las duras condiciones durante su reingreso, el tercer vuelo de prueba cumplió varios de sus objetivos para preparar el terreno de Estados Unidos hacia la conquista lunar con la misiones Artemis de la NASA.