La variedad de restaurantes en los que uno puede comer en El Salvador está aumentando; olvidémonos todos por un momento de lo chino, italiano o mexicano. La variedad está aquí y vino para quedarse. En esta ocasión les escribo acerca de mi visita al que se promociona como el mejor smokehouse de la ciudad: HUMO.
Cuando pones un pie en Humo, notás de inmediato que estás en un lugar con mucha actitud; el concepto es bastante apropiado con la comida que ofrecen y no dejan que se pierda en ningún aspecto del lugar; paredes de madera, ladrillo expuesto y luces decorativas, fortalecen el ambiente del restaurante.
Me siento y un mesero me da un menú de papel, que realmente uno no espera (puntos para humo por ser diferentes hasta en las cosas más pequeñas). Luego de una rápida revisión del menú y la respectiva asesoría de nuestro mesero, decidimos ordenar un plato donde podíamos probar un poco de todo lo que Humo se enorgullece en cocinar: un plato con porcetta, Salchicha Spicy, Costilla St. Louis, Pulled Pork y Brisket.
Entrando en materia: Me gustaría decir que el aspecto de nuestra bandeja era agradable, y decidí comenzar por el Pulled Pork, es lo más importante de un smokehouse, en otras palabras es el “Make it or break it” para un restaurante como Humo; la carne jugosa y suave y su sabor agradable, ahumado como se debe, y cuando se le mezcla con cualquiera de las salsas, es una verdadera obra maestra.
Continuando con nuestra bandeja, paso a la porcetta (cerdo envuelto con tocino). El sabor de tocino penetra en la carne, se adhiere y le brinda otra textura a la porcetta; podría ocupar un adobo o un poco más de grasa, a mi parecer, ya que al fin y al cabo es parte del encanto del tocino.
El brisket y el pulled pork deberían ser las ofertas del menú más fuertes en cualquier smokehouse, pues son las que verdaderamente hablan del lugar, su técnica y las personas detrás de la comida. Hablando del brisket: siento que es el único “weak link” del plato. Sin duda que estaba bien cocido, pero le hace falta la “magia” del sabor. ¿Sal? ¿Pimienta? ¿Adobo? ¿Marinado? No lo sé definir, pero le faltó presencia; siendo un corte tan importante por ser res, debería de estar a la misma altura que el resto de cortes de cerdo. Como siempre, espero que esta mala experiencia sea algo de una vez y que el resto de sus clientes tengan siempre una mejor impresión.
Las salchichas spicy son picantes, cocinadas a la perfección, con suficiente sabor como para no ponerles salsa, brillan por si solas y son perfectas para disfrutarlas entre carnes.
Uno de los cortes que más estaba esperando eran las costillas St. Louis, pues soy un amante de la carne de cerdo y estas costillas me llamaron la atención. ¿Cómo estaban? Pues, en una palabra: opacas. El sabor es rico, pero faltaba en ese “cielo” donde la grasa del cerdo se mezcla con la carne y crean un dorado fantástico, donde surge el sabor que el Maestro Ahumador le dá a la carne para hacerla propia. Eso le faltó. Un corte donde Humo realmente pudo haber sido atrevido, quedaron con una oferta conservadora. No obstante si usted es amante de los sabores suaves, le encantará este corte.
A pesar de estos detalles que a mi gusto podrían fácilmente subsanar, el veredicto final para Humo es bueno, pues me gusta el restaurante y la comida; lo único que no lo hace perfecto es que le falta ser más agresivo con sus sabores. Algo que es inherente de la comida sureña son los sabores audaces, y eso es lo que a mi parecer le falta a Humo para ser mi lugar favorito.
Por su sabor y los detalles positivos que nos gustaron, Red Fork otorga 5 Tenedores Rojos para su visita a este gran lugar; sin duda volveré por más Humo a este restaurante.