El suicidio de Robin Williams sigue presente entre familiares y seguidores cuando se acerca el primer aniversario de la muerte del actor.
Williams se quitó la vida el pasado agosto y con la proximidad de este luctuoso aniversario los medios de comunicación en Estados Unidos han dado a conocer las notas que el protagonista de El club de los poetas muertos fue dejando por su casa a la vista de todos anunciando sus intenciones de suicidarse. “Es hora de irse” o “he terminado con todo” son algunos de los mensajes que el ganador del Oscar por El indomable Will Hunting colocó estratégicamente por su hogar para que su esposa e hijos los encontraran.
Conocido por la comedia y con una perenne sonrisa en sus labios en público, Williams sufría una fuerte depresión desde que fue diagnosticado con Parkinson, dolencia que según comentaron quienes le conocían lo empujó al suicidio a los 63 años.
Según los informes de la policía, antes de morir estrangulado con su propio cinturón el protagonista de Aladdin o Buenos días Vietnam había investigado en Internet otros métodos para poner fin a su vida, como por ejemplo utilizando ansiolíticos. El actor incluso intentó cortarse las venas de las muñecas pero se arrepintió de su intento y limpió toda la sangre que había vertido en el cuarto de baño.
Víctima del alcoholismo durante su vida, su autopsia no mostró ningún rastro en la sangre de drogas u otras sustancias de las que hubiera abusado, aunque sÍ se encontraron en su cerebro muestras de una posible forma de demencia que fue el factor clave que le llevó a quitarse la vida el 21 de agosto.
El informe policial también indicó que el intérprete sufría una pronunciada paranoia desde su diagnóstico de Parkinson que le empujó a su final. Reconstruyendo sus últimas horas, las mismas publicaciones indican que Williams, ávido coleccionista de todo, desde arte a juguetes, le entregó a un amigo su colección de relojes, un objeto personal que al igual que las gafas le gustaba cambiar cada vez que salía.
Padre de tres hijos y casado en tres ocasiones, la ansiedad de Williams fue tal tras su diagnóstico que los días que precedieron a su muerte durmió solo, encerrado en su cuarto.
Pese a la felicidad que trajo a aquellos que le conocieron en persona o a los que disfrutaron con sus comedias, Williams fue un hombre torturado.
El intérprete de Señora Doubtfire siempre intentó esconder una infancia infeliz. Williams fue un niño criado en la opulencia pero con un padre ausente, destacado ejecutivo de la compañía Ford, y una madre exmodelo a la que en más de una ocasión describió como adicta a la moda.
Sin embargo, ella fue, sin buscarlo, una de las influencias más importantes en su carrera ya que el actor precoz intentó hacerla reír como forma de ganarse su atención, según declaró Williams en una entrevista del programa Inside the Actors Studio.