Tal como se esperaba, Mauricio Funes acudió a la Fiscalía General de la República (FGR) a declarar sobre lo que sabe de la tregua entre pandillas implementada por sus ministros de defensa y de Seguridad mientras fungía como presidente de la República.
Funes inició por aclarar que su declaración la daría en calidad de testigo y no de imputado o indiciado ignorando que lo que un testigo manifiesta en una audiencia judicial puede convertirlo, en determinado momento en imputado.
Ignorando la ley, recomendó a los fiscales no dar crédito a los testigos criteriados, aduciendo que sus declaraciones carecen de valor judicial.
Desde su llegada al Ministerio Público anticipa cuál va a ser su línea de declaración que su gobierno no pactó ni negoció con las pandillas ningún tipo de tregua y mucho menos que se hubiese concedido beneficios ilegales a los pandilleros a cambio de reducir el número de homicidios.
“El gobierno solo fue un facilitador de la tregua” manifestó a los periodistas que lo entrevistaron a su llegada a la FGR.
Reconoce que hubo un “acuerdo” al que el gobierno dio seguimiento a través de dos personas vinculadas al ministerio de la defensa: el ex guerrillero del ERP Raúl Mijango y el obispo castrense Fabio Colindres quienes por la naturaleza de sus funciones carecían de cualquier poder de decisión sin la orden autorizada del ministro Munguía Payés.
Funes insiste en que no hubo negociación entre gobierno y pandillas. “El pacto fue entre las dos pandillas (MS-13 y 18); el gobierno le dio seguimiento al acuerdo a través de Raúl Mijango y Fabio Colindres”, dijo el exmandatario con un tono que movió a risa a varios de los periodistas que le interrogaban.
Funes se burla de todo mundo. Insiste y persiste en que su gobierno no tuvo que ver con la tregua entre las pandillas pero acude ante la 68 Asamblea de las Naciones Unidas a vanagloriarse y declarar como propio el “éxito” logrado con la reducción de homicidios en ese momento.
El ex mandatario tampoco reconoce su responsabilidad en el involucramiento del Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, Miguel Insulza, pero es un hecho histórico que los pandilleros aparecían por las esquinas del Parque Barrios embozados con pañoletas y pasamontañas para ocultar su identidad con la anuencia de las autoridades.
Quién se cercioró de dónde procedían los pandilleros “cargados” de armas obsoletas con las que engañaron al Secretario de la OEA. Funes se resiste a admitir que en un régimen presidencialista nada se mueve si no lo autoriza y lo ordena el presidente de la República.