Putin y Al Assad a las puertas de Aleppo: decenas de médicos y niños muertos

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El dictador sirio, Bashar al Assad y sus aliados de Moscú y Teherán preparan una ofensiva inminente para asegurar el control de la ciudad de Aleppo. Desde el 19 de abril, se rompió el acuerdo de alto al fuego pactado entre el Gobierno y los opositores.

Aleppo es el centro urbano más grande de Siria, su capital comercial y el lugar de origen de las fuerzas opositoras a Bashar al Assad. En esa ciudad se asientan las bases más importantes del grupo armado yihadista Jabhat al Nusra, la filial siria de Al Qaeda, por esa razón el control de la ciudad es prioridad para la coalición siria.

Siria no sólo sufre el enfrentamiento entre el Gobierno y sus opositores, la guerra civil permitió el avance de fuerzas kurdas y otras facciones yihadistas, como el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

El régimen de Al Assad retomó una campaña de ataques aéreos contra objetivos opositores a su Gobierno en esa ciudad. Un informe publicado por el Instituto de Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) afirma que la confluencia de intentos estratégicos, oportunidad política y maniobras tácticas demuestran que el régimen y sus aliados actúan para lograr el control de esa provincia.

La escalada de violencia continúa desde el 11 de abril, cuando la concentración del ejército de Al Assad alrededor de la ciudad y el reporte de personal armado, vehículos blindados y sistemas de artillería pusieron en alerta a todas las facciones extremistas contrarias al Gobierno.

Para Al Assad, lograr el control de ese gran centro urbano significa una notable victoria que legitima su poder, debilita la moral de los grupos radicales y abre las oportunidades para negociaciones internacionales.

Rusia e Irán ofrecieron su ayuda al régimen sirio con ofensivas sobre esa ciudad desde el comienzo del año 2015, hechos que recrudecieron la guerra civil que vive ese país.

El presidente ruso Vladimir Putin y el lider supremo iraní Ali Khamenei tienen intereses estratégicos en preservar a Bashar al Assad en su presidencia, entre ellos, sostener su permanencia en el este del Mar Mediterráneo y crear líneas directas con Hezbollah y su poderío local.

La guerra civil en Siria les ofrece a Rusia e Irán la posibilidad de aumentar su poderío para desafiar a los Estados Unidos. Para Moscú, derrotar a las fuerzas opositoras de la ciudad de Aleppo significa una oportunidad única para desafiar a Turquía y, por su intermedio, a la OTAN.

Los bombardeos indiscriminados sobre áreas civiles ejecutados por el ejército de Al Assad y Rusia bajo el pretexto de eliminar objetivos del grupo Al Nusra y otros extremistas, provocaron la muerte de cientos de civiles en las últimas semanas y la destrucción de zonas que estaban prohibidas para el ataque.

En el día de ayer, 28 de abril, un ataque aéreo sobre el hospital Al Quds en Aleppo, causó 50 muertos. Perdieron la vida tres niños y tres doctores pertenecientes a la organización Médicos Sin Fronteras (MSF). Entre los muertos, se encontraba el último pediatra de la zona rebelde de la ciudad.

“Condenamos la destrucción del hospital de Al Quds, perfectamente identificado como objetivo prohibido, y que priva a la población de atención sanitaria básica” expresó MSF en un comunicado de prensa.

Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos calificó de “crimen de guerra” el bombardeo, ya que los atacantes no se identificaron, aunque afirman que sólo el régimen de Damasco y sus aliados rusos cuentan con aviación de combate en el conflicto, lo que coloca al ejército de Al Assad como máximo culpable de esa masacre.

El 10 de abril pasado el primer ministro sirio Wael al Halqi explicó que Rusia y Siria preparaban una operación conjunta para “liberar” Aleppo y “bloquear a todos los grupos ilegales armados” y argumentó que la acción responde a la “constante violación al cese de hostilidades” por parte de la oposición que se pactó el 27 de febrero.

La vocera del ministro de relaciones exteriores ruso, Maria Zakharova, advirtió de un inminente “retorno total al conflicto armado” en Siria provocado por “los terroristas que pretenden romper desesperadamente el proceso político”.

Las facciones más poderosas de la oposición en Aleppo son activistas locales con cierta independencia del grupo Jabhat al Nusra y otros yihadistas, sólo una parte de los opositores de Aleppo pertenecen a este grupo.

Por su parte, fuerzas prorrégimen profundizaron sus alianzas con los kurdos sirios para avanzar en las cercanías del Castillo de los Caballeros, la antigua fortaleza protagonista en la Primera Cruzada en el siglo XII. Ese lugar es el escenario de constantes enfrentamientos entre kurdos y opositores al régimen, la Unesco teme por la preservación del castillo, considerado Patrimonio de la Humanidad.

En medio de este conflicto, las fuerzas de los Estados Unidos las unieron a las de la coalición en contra de ISIS y reforzaron sus operaciones en el límite de la provincia llamado Manbij Pocket, lugar donde los yihadistas ingresan a la zona para agruparse.

Según el informe del ISW, el inminente asedio a la ciudad de Aleppo presenta un desafío crítico para los intereses de los EEUU en Medio Oriente, ya que puede ser la última posibilidad de vencer completamente a ISIS en territorio sirio.

La guerra civil se recrudece día a día en Siria y parece no tener fin a medida que las distintas facciones enfrentadas avanzan por las zonas devastadas de una región que supo ser la cuna de la civilización en la antigüedad.