Si una gran cantidad de analistas aseguran que el fraude es imposible, si todos los partidos tienen copias de las actas, si en cada instancia del proceso hay representantes de los partidos políticos, si ya pasamos más de veinte años teniendo Magistrados afiliados a partidos políticos y no hemos tenido problemas, si ahora tenemos el primer Tribunal Supremo Electoral “despartidizado”, si hace algunos años teniendo como Magistrado Presidente a un político entregaron la alcaldía de San Salvador por 40 votos y todos tranquilos. ¿Por qué a algunos nos parece que el sistema democrático está en peligro?.
Revisemos algunos hechos relevantes, el Magistrado Presidente del Tribunal Supremo Electoral ha anunciado una camándula de culpables para este desastre del escrutinio. Primero, la culpa era de la Sala de lo Constitucional de la CSJ; segundo, la culpa era de la compañía que tenía a su cargo la divulgación de los resultados; tercero, la culpa era del responsable de informática del TSE, que les recomendó una empresa sin experiencia a la cual contrataron de buena fe; cuarto, fue culpa de los periodistas, aquí con el agravante de no explicar cómo y por qué; quinto, los errores son responsabilidad de una especie de infiltrados en el TSE que sabotearon el proceso; sexto, el culpable de siempre ARENA; séptimo, se le arruinó un impresor; octavo, le robaron una fibra óptica y noveno, la comida estaba enfermando a los miembros de las juntas departamentales.
¿Cómo puede confiarse en una institución cuya cabeza parece cambiar de opinión a cada momento?. Es preocupante percibir que el máximo responsable del TSE no sepa que contratar a un tercero o delegar funciones no lo exime de su responsabilidad, que alegar buena fe, es como decir que su estatura profesional es tan pobre que se lo duermen, que no es capaz de planificar para soslayar posibles contingencias y que cree que su condición de Presidente le permite limpiarse en cualquier subalterno o proveedor.
Señor Magistrado su conducta es caldo de cultivo para la desconfianza. Los ciudadanos esperamos que los funcionarios públicos se manejen con más decoro y vemos con tristeza y desconfianza a cualquier persona que no sea capaz de aceptar sus errores y enfrentar las consecuencias.
El Escrutinio Preliminar se lo manda la ley al Tribunal Supremo Electoral para que la población pueda conocer rápidamente los elegidos en las votaciones, si bien es cierto su resultado no es definitivo, le da al pueblo tranquilidad, lo que se corrobora fácilmente al dar un vistazo a las elecciones pasadas y las anteriores y las que fueron antes y a sus antecesoras, en todos esos momentos el TSE lo venía haciendo mejor y más rápido cada vez, ahora parece que se brincaron el Escrutinio Preliminar y prácticamente todos percibimos que estamos ante un proceso de conteo lento y con tanta gente involucrada que, lo hace susceptible a las componendas.
Vemos a través de los medios de comunicación y las redes sociales, actas de Juntas Receptoras de Votos que, evidentemente han consignado mal los resultados, desde ya se alega que el Código Electoral no contempla la apertura de las urnas para los casos señalados. El código puede tener vacíos, pero el derecho no los tiene y para eso existe la jurisprudencia.
Estamos seguros que la principal tarea de los jueces es impartir pronta justicia (dar a cada quien lo que le corresponde). Pongan manos a la obra, den al pueblo la justicia que reclama y cumplan con su función de hacer que cada voto cuente.
La transparencia es fundamental para la sanidad de las elecciones democráticas, y todo lo que rodea estas elecciones se percibe gris o turbio, deben mejorar urgentemente sus comunicaciones, “cantinflear” ante las cámaras, contradecirse unos con otros, usar cadenas de televisión para decir poco o nada o para decir que sus datos no coinciden con los que reflejan su página en internet y dar conferencias de prensa solo a los medio amigos son conductas impresentables y oscuras.
Confianza, transparencia, rapidez, justicia son las primera palabras que vienen a nuestra mente si queremos legitimar un funcionario electo, estas dos semanas tenemos la sensación que peligran al igual que al democracia.