El País/ Diariolatino.net.- Según el canon de Julio Scherer García, el maestro del periodismo mexicano moderno, un periodista nunca es noticia. La máxima sobre el oficio se hizo trizas este jueves, cuando fue filtrada a los medios una lista de comunicadores que recibieron dinero público durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018). La lista con 41 nombres, entre los que figuran algunos de los informadores con más peso de México, ha causado un gran revuelo y ha encendido el debate sobre la perversa relación entre el periodismo y el poder, donde el dinero del Gobierno ha servido de broche para la unión.
La lista asegura que los periodistas recibieron 1.080 millones de pesos, 56 millones de dólares, por conceptos de “comunicación social y otros servicios” entre los años 2013 y 2018. A la cabeza se encuentra Joaquín López Dóriga, quien fue durante 16 años el titular del informativo nocturno se Televisa, la principal televisión del país. De acuerdo al documento, el noticiero habría ingresado más de 250 millones de pesos (13 millones de dólares) a través de cuatro empresas de contenidos, una de ellas su plataforma digital. Esto ha sido rechazado por el comunicador, quien dijo nunca haber recibido un peso del Gobierno. “Registro el mensaje de la oficina del presidente López Obrador, que es difamar para callar”, dijo López Dóriga, quien recogió en abril pasado el premio Rey de España por su trayectoria periodística.
Joaquín López-Dóriga fue presentador estrella del informativo estrella de la televisión mexicana y era tenido como uno de los últimos símbolos del periodismo en Latinoamérica.
La polémica también ha tocado a Enrique Krauze, historiador y uno de los intelectuales más influyentes del país. El documento filtrado a los periodistas asegura que las empresas de Krauze, las editoriales Vuelta y Clío, recibieron 144 millones de pesos. 28 millones por el rubro de publicidad. El resto habría sido pagado por documentales sobre el centenario de Octavio Paz, José Revueltas y el poeta Efraín Huerta, entre otros, realizados para la Secretaría de Cultura. Krauze consideró la información “tendenciosa” e “infundada” y explicó que el dinero fue recibido por sus compañías editoriales y no por él. “Letras Libres no modifica su línea editorial por presiones. En nuestro portal pueden consultarse decenas de textos y portadas críticas con los gobiernos anteriores”, explicó el historiador al diario Reforma, el primero en publicar la información, y quien publica a Krauze.
La reacción de otros periodistas que aparecen en el listado ha sido similar. “¿Por qué solo dieron a conocer medios propiedad de periodistas? ¿Por qué no otros, como Milenio, que se llevaron más de 1.000 millones de pesos? ¿Por qué no lo recibido por las grandes televisoras, los periódicos,…?”, se preguntaba Federico Arreola, quien confirmó que SDP, el medio que posee en sociedad, recibió 153 millones de pesos (ocho millones de dólares) de la Administración del PRI.
En el listado también figuran periodistas como Adela Micha, exconductora de Televisa (24 millones, 1.2 millones de dólares); Raymundo Riva Palacio (31 millones, 1.6 millones de dólares); Óscar Mario Beteta (74 millones, 3.8 millones de dólares) e influencers como Callo De Hacha, que a través de su empresa Comunicaciones estratégicas Newlink embolsó 47 millones de pesos (2.4 millones de dólares) por sus servicios al Gobierno de Peña Nieto. Riva Palacio ha afirmado en un texto, que ha llamado de réplica al presidente, que estos son datos viejos que han sido empaquetados nuevamente para dar sentido de actualidad a una “campaña permanente de difamación” contra periodistas críticos del mandatario de Morena.
Los argumentos de algunos de los comunicadores exhibidos es que sus nombres y el de sus empresas han aparecido en una lista que pretende ser bochornosa, pero que en realidad representa una mínima fracción de lo que el Ejecutivo de Peña Nieto inyectó a los medios de comunicación. A lo largo de seis años, la presidencia del PRI invirtió 60.000 millones de pesos, unos 3.000 millones de dólares en publicidad oficial. No está claro si los 1.081 millones de la lista forman parte de ese rubro o si fueron pagados en diferentes partidas. La filtración obstaculiza la transparencia.
El 8 de mayo, el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) ordenó a la presidencia revelar los nombres de los periodistas y medios de comunicación que recibieron recursos de publicidad oficial durante el periodo de Peña Nieto. Este jueves, López Obrador admitió que la información había sido entregada el miércoles 22. Horas después se hizo pública causando una gran polémica. El INAI rechazó este viernes en un comunicado ser responsable de la filtración.
La lista comenzó a circular la noche del jueves entre los periodistas que cubren las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador. La mañana de este viernes, sin embargo, el presidente negó categóricamente que la presidencia fuera la responsable de la filtración. “Bajo palabra de decir verdad, nosotros no dimos a conocer los nombres de quienes reciben o recibían estos apoyos para trabajos informativos”, dijo López Obrador. “Eso tuvo que ver con otras dependencias”.
Los periodistas exhibidos han lanzado muchas peguntas. ¿Cuál fue el criterio para elaborarla? ¿Por qué aparece únicamente Animal Político, un medio independiente? ¿Por qué se dejaron fuera otros medios que ingresaron más dinero que el citado? Estas y otras interrogantes continúan hoy sin respuesta en un torbellino de controversias entre el poder y la prensa que parece tomar fuerza.