Gobierno colombiano y guerrilla de las FARC se comprometen a firmar acuerdo de paz en seis meses

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El Gobierno de Colombia y la guerrilla izquierdista de las FARC anunciaron el miércoles que superaron los temas más espinosos de las negociaciones de paz, abriendo el camino para firmar en seis meses un histórico acuerdo que pondrá punto final al conflicto interno más antiguo de Latinoamérica.

A casi tres años de que comenzaron las negociaciones, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño alias “Timochenko”, acordaron en La Habana establecer tribunales especiales para juzgar a los involucrados y amnistía para los combatientes que no hayan cometido crímenes de guerra.

Además, convinieron reparaciones para las víctimas del conflicto que ha dejado durante más de medio siglo unos 220.000 muertos y más de un millón de desplazados.

“En exactamente seis meses estaremos dando un adiós definitivo a la última y más larga guerra de Colombia, y no sólo de Colombia, sino de toda América”, dijo Santos después del anuncio oficial.

En una foto memorable, Santos y Londoño estrecharon sus manos ante el presidente cubano, Raúl Castro, cuyo Gobierno actúa junto al de Noruega como garantes del proceso. Fue el primer encuentro público de los dos rivales.

Una vez que se concrete la firma del acuerdo final, prevista para el 23 de marzo del próximo año, las FARC dejarán las armas a más tardar 60 días después.

“No vamos a fracasar. Ha llegado la hora de la paz”, dijo el mandatario colombiano.

El jefe de las FARC expresó su “gran satisfacción por el cierre exitoso del acuerdo sobre jurisdicción especial para la paz”, que juzgará no solo a los guerrilleros sino también a los agentes del Estado y los miembros de las Fuerzas Armadas que intervinieron en el conflicto.

Desde Estados Unidos, el secretario de Estado, John Kerry, llamó a Santos para felicitarlo por el “avance histórico” en el proceso de paz.

ACUERDO CLAVE

Aunque fue el cuarto acuerdo parcial, el pacto firmado el miércoles fue el más importante de todos.

Para llegar a un consenso sobre la justicia y víctimas las partes se demoraron meses, en medio de enfrentamientos armados en Colombia y visiones totalmente distintas sobre cómo los insurgentes y las fuerzas del Estado pagarían por sus actos violentos.

Luego de que el Papa Francisco exhortó el domingo en Cuba a no perder más tiempo en el proceso, el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos viajó a la isla para hacer el anuncio, antes de partir hacia Nueva York para la Asamblea General de la ONU.

Santos siempre sostuvo que las FARC tenían que someterse a la justicia para purgar sus delitos, como condición para que se pueda sellar un acuerdo de paz. Y hasta el miércoles los guerrilleros no habían aceptado esa posibilidad.

Pero con el pacto alcanzado, las partes acordaron penas de prisión de entre 5 y 8 años en condiciones especiales para los combatientes que reconozcan sus delitos, y de 20 años para aquellos que no acepten los crímenes imputados y sean hallados culpables.

Este acuerdo se suma a los alcanzados previamente sobre reformas para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, lograr la transformación de la guerrilla en un partido político, la lucha contra el narcotráfico y el desminado.

Ahora el Gobierno y las FARC deben abordar el mecanismo concreto para poner fin del conflicto, que implica un cese bilateral del fuego. Los rebeldes mantienen un alto el fuego unilateral desde hace dos meses y el Gobierno detuvo los bombardeos a sus campamentos.

“Aspiramos a que nada detenga, ahora, el raudal de un pueblo que exige paz y desea fundirse en un abrazo de reconciliación”, dijo el líder rebelde Londoño.