El “vuelo nupcial” de los zompopos de mayo

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Las especies aladas de zompopos comienzan a apreciarse con las primeras lluvias. Machos y hembras vírgenes dejan la colonia para llevar a cabo la fecundación en pleno vuelo. La relación de apareamiento se estima que es de seis a uno, y cada macho tiene de 40 a 80 millones de espermatozoides.  Concluido el acto, algunos mueren o deambulan en el suelo sin alas, mientras que las hembras buscan el lugar adecuado para establecer una nueva zompopera.

Hasta hace unos 25 años los primeros zompopos aparecían junto a las primeras lluvias del mes de mayo pero debido al cambio climático, ahora hacen su aparición en la segunda quincena de junio y la primera de julio  aunque no en la cantidad que solían hacerlo antes.

Organización

Las funciones están definidas por el tamaño, hay básicamente dos castas. En primer lugar están las que carecen de alas, entre las cuales sobresale la reina (que pierde las alas después del vuelo de apareamiento), y de la cual depende la estabilidad de la colonia. Vive de 15 a 20 años y llega a poner hasta un millón y medio de huevos por año. Una fecundación es suficiente, pues puede almacenar esperma hasta su muerte.

En la misma categoría están las obreras, que son hembras estériles, y constituyen hasta el 70 por ciento de la zompopera. Estas pueden ser exploradoras, cortadoras o cargadoras. También están las escoteras, es decir, las que limpian de residuos extraños lo que llevan las cargadoras; las jardineras, aquellas que maceran el material depositado en la colonia, y las nodrizas, que cuidan y alimentan a la reina, así como a los huevos y larvas. Por último, están las guerreras o soldados, responsables de la defensa; son, después de la reina, las de mayor tamaño.

En la segunda clasificación están las que temporalmente tienen alas; son insectos vírgenes, machos y hembras, que cumplen únicamente un fin de reproducción en el llamado “vuelo nupcial”.

El tórax y abdomen representan 39 por ciento de proteínas si están crudos y 26 si están cocinados. Son un platillo de la época en Guatemala, México, Brasil y Colombia. “Puedo afirmar que saben bien en helados, un sundae con chocolate y estos insectos en lugar de nueces, por ejemplo; así como en pizzas”, indica el entomólogo Jack Schuster.

Con información del reportaje de Prensa Libre de Guatemala realizado por el periodista José Luis Escobar