Daniel Ortega desafía e insulta a El Salvador

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El presidente, por cuarta vez, de Nicaragua, Daniel Ortega, tuvo entre sus invitados a los actos de toma de posesión  a Mauricio Funes Cartagena, expresidente de El Salvador, prófugo y asilado en aquella nación.

Previo a que un tribunal ordenara que el ex mandatario fuera juzgado, entre otros señalamientos, por el de enriquecimiento ilícito, Funes realizó varios viajes a la capital nicaragüense preparándo un nuevo lugar de domicilio que compartiría con su compañera sentimental, una experta en belleza que se hizo famosa por sus fiestas y por  el apodo de “La Michy” con el que ingresó al jet set de Miami y Centroamérica.

Durante ese periodo Funes fue cuestionado en varias ocasiones sobre su permanencia en Nicaragua pero él lo justificaba alegando que en ese país realizaba actividades de “asesorías”. Siempre negó que estuviera tramitando asilo político.

Durante un sospechoso operativo policial en que fueron incautados varios camiones que viajarían de San Salvador hacia Managua con todo tipo de enseres pertenecientes a la señora “La Michy”, hizo que se dispararan las alarmas de que Mauricio Funes ya no regresaría al país que mangoneó y esquilmó  durante cuatro años.

Las autoridades del país fueron burladas por Funes; pocas personas dieron crédito a las declaraciones del gobierno que aseguraban ignorar lo que había ocurrido. 24 horas después, Mauricio Funes declaró que el herederos de los Somoza en Nicaragua le había otorgado refugio en Nicaragua porque en El Salvador estaba siendo “perseguido” cosa que de inmediato negó el gobierno de Sánchez Cerén.

En los siguientes días se puso de manifiesto lo ocurrido. El asilo del peor presidente que ha habido en El Salvador fue tramitado por el mismo partido del gobierno en el poder. Bastaron dos días para que le fuera concedido el asilo “express” a un ex funcionario investigado y acusado por lo menos de tres delitos, corrupción, peculado y enriquecimiento ilícito.

Desde entonces, violando los preceptos más elementales del asilo internacional, Mauricio Funes es un salvadoreño que interviene  en política vía online.

Funes apareció nuevamente en público durante los actos de toma de posesión de sus amigos Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, presidente y vicepresidenta de la tierra de Rubén Darío.

Para colmo del asunto se le vió recibiendo el efusivo y caluroso abrazo de su otro amigo, el presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén.

El hecho de que Daniel Ortega sentara en sitio de honor a Funes Cartagena, conociendo de los cargos que hay contra este, ha sido interpretado como un verdadero insulto y un desafio a las autoridades de El Salvador, a la Fiscalía General de la República, cuyo titular se encuentra enfrentado con Funes y al mismo Estado Social de Derecho que priva en nuestro país.

Los invitados de Ortega estuvieron protegidos todo el tiempo por unidades élite de la policía nicaragüense y por perros amaestrados en un radio de tres kilómetros.

Ortega gobernará hasta el 2022 con el respaldo de 71 de los 92 diputados en el parlamento, comandado por el otrora líder de los sindicatos sandinistas y también gran amigo de Funes, Gustavo Porras.

Mauricio Funes deberá encarar el 17 de enero la audiencia probatoria en su juicio por enriquecimiento ilícito, siendo el primer ex mandatario que encara este tipo de instancias. El país espera que venga a defenderse, si es que es inocente.

En febrero de 2016, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) decidió enviar a juicio civil a Mauricio Funes, su ex esposa Vanda Piganto y su hijo Diego Funes, luego de haberse encontrado indicios de enriquecimiento ilícito al no justificar un incremento patrimonial de más de $700,000. “Guicho” como le llamaban sus amigos de parranda evitó ser capturado refugiándose en Nicaragua donde recibe un trato que a todas luces es un insulto de la tierra de Rubén Darío a la tierra de Salarrué.