Por Mauricio Eduardo Colorado.-
La crisis política de nuestra vecina Guatemala, tiene proporciones inimaginables en toda Centroamérica, debido a que aparentemente es la primera vez en el área que las fuerzas bases de la nación, logran la destitución (o renuncia) de los más altos exponentes del ejecutivo, Presidente y Vicepresidente –esta última en la cárcel- y a las puertas de unas elecciones presidenciales que por la cercanía en el tiempo con los sucesos políticos que han provocado un cambio de gobierno a ese nivel, se podría catalogar como el hecho más importante en la historia política de la región. El refrán que citamos como título del presente artículo de opinión, termina “…pon las tuyas a remojar”.
El refrán alude a que en la antigüedad, quitar las barbas de un caballero era una deshonra y un hecho que denigraba a quien sufría tal afrenta, aparte que era una acción un tanto dolorosa e incómoda si se realizaba sin ninguna preparación, de ahí que si alguien pudiera pensar que por alguna razón podría sufrir el mismo entuerto, debería prepararse para que el dolor fuera menor que sin ningún atenuante, como remojar las barbas.
En nuestro medio ha quedado el resabio que dice que a alguien le pelaron la cara, que ocurre cuando a alguien le llaman la atención, con justa razón. Pero regresando al tema que nos ocupa, lo que ha sucedido en Guatemala, demuestra que no hay mal que dure cien años, y que de alguna manera, existen o pueden existir situaciones y fuerzas que pueden cambiar el status quo, que aparentemente es imposible de cambiar.
Desde luego que lograr ese cambio no es fácil y no es una sola fuerza la que lo logra. Indudablemente que se necesita el esfuerzo de muchos y una gran dosis de honradez de funcionarios y ciudadanos.
Bien se ha señalado que para que haya corrupción se necesitan por lo menos dos: el corrupto y el corruptor. Los salvadoreños nos preguntamos si en nuestro país podría ocurrir algo similar a lo que ha pasado en Guatemala.
A mi manera de ver, aunque muy difícilmente, sí es posible que pueda ocurrir una situación similar aunque en un principio entre funcionarios de nivel bajo o medio, y siempre que exista una enorme dosis de voluntad a los niveles más altos del gobierno.
Se debe de tener en cuenta que el delincuente, especialmente aquellos llamados de cuello blanco, siempre piensan que por ser muy inteligentes o listos nunca serán atrapados ni mucho menos condenados por sus delitos, aunque ya hemos tenido casos como el de ANDA y otros parecidos.
Pero la población tiene la ambición de quesean casos de altos niveles los que se investiguen y se castiguen en caso de comprobarse las faltas. Debe tenerse en cuenta que los actores de la comisión de estos delitos tienen excelentes relaciones con gente poderosa e influyente, y que confieren protección a sus protegidos para gozar siempre de impunidad.
En los pocos casos que se han materializado en nuestro medio se ha tenido la experiencia de que ha habido un delator, que inconforme por alguna razón, le “pone el dedo” al corrupto, a cambio de la famosa figura del testigo criteriado, y desea forma ha prosperado el juicio que provoca la condena.
Existe en Guatemala una institución denominada CICIG, que es una comisión investigadora del más alto nivel, protegida por las Naciones Unidas, con privilegios e inmunidades diplomáticas, que es muy difícil de instrumentalizar, lo cual ha permitido que en Guatemala se haya producido los resultados que hoy todos conocemos y que casi todos celebramos.
Muchos no entendemos porque algunos diputados se aferran a negarse a crear una institución similar, para obtener resultados positivos. El que nada debe nada teme.
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