Por Mauricio Yanes
¿Por qué le llamamos familia política? ¿Acaso elegimos a la suegra por votación?
Ariana, personaje único de Baby Boom en el Paraíso.
Conocí a Regina Cañas, la Tía Bubu, en una agencia de publicidad en la que ella era mi junior como redactora o copy. Era obvio que su talento actoral sobrepasaba todos sus otros talentos, para esas fechas ella ya era la Tía Bubu de la TV, co protagonista de la versión salvadoreña del programa “El Show del Tío Memo” copia literal del programa de Pipo Pescador de Argentina con canciones de los payasos españoles Gaby, Fofo y Milike, los Payasos de la Tele, traída a la Guanasia, aprovechándose de lo provincial de Cuscatlán, por Canal 12.
De hecho hicimos con ella en una muestra cultural la obra Los Pocos Sabios de Alberto Cañas, costarricense, ella actuaba como mi esposa en una sencilla comedia de enredos. ¡Gracias a Dios no se quedó de copy! El Salvador habría perdido una actriz. Luego ella se hizo la Tía Bubu en su propio programa en un rejuvenecimiento del eterno set de TV2 de Jardín Infantil (Chirajito, Prontito, Pizarrín y Tío Periquito) llamado “el Jardín de la Tía Bubu donde creo y compartió escena con el Hada Chiflis (Beatriz García), Bolita (Ernesto Yanes, mi hermano) y Chisito (Christian Peña Marambio). Ahora hace un exitoso programa en Canal 6 junto a otras Divas de la tele llamado “Grandisosas”. Y por supuesto se dedica al teatro.
Una vez más pido disculpas a mis lectores y al editor del decano de la prensa centroamericana, ahora on line, por enviar mis comentarios y críticas de la última presentación de una obra y no después del estreno que es como se acostumbra en el teatro.
Prometo corregir pronto esto.
Pues bien lo que nos ocupa. La obra Baby Boom en el paraíso de Ana Istarú, es un monólogo – cómico que plantea los problemas internos y personales de las mujeres en su afán por ser madres. Pasando por la decisión de dedicarle tiempo a unos niños, las consecuencias estéticas o antiestética del embarazo y sus secuelas posteriores y las implicaciones del chambrerío que genera entre las féminas dicho evento. La obra es hilarante de principio a fin y Regina maneja muy bien los remates y el tempo de la acción.
Me gustó mucho la puesta en escena. Minimalista y muy del teatro moderno.
La dirección sin embargo como la mayoría de las obras de Roberto Salomón, aunque buenas en su diseño y desplazamientos, carece de organicidad. Hay demasiados momentos en que Regina literalmente “tira texto” sin justificar una acción para volver dinámica la escena. Es decir habla hacia los espectadores como dando una conferencia. No son muchos estos momentos pero los hay y ahí levemente la puesta en escena deja de ser creíble.
La actuación de Regina sin embargo es bastante buena. Hace 7 personajes con mínimos apoyos de vestuario, atrezo o props. Y mantiene el ritmo. Su único pecadillo es que se ve que está actuando. Esto debe ser, supongo, por ausencias de conocimiento de las más fundamentales técnicas de actuación. Hasta donde sé Regina tiene la práctica escénica y la experiencia pero no la erudición teatral. Lo que logra que por ratos, no le creamos. Pero, la gente goza con las locuras de Regina y Salomón.
Pero en general de 5 estrellas yo le doy 4 a esta puesta en escena. Y cinco al esfuerzo de Roberto, de Regina y de quienes hacen posible que en un país de renta media económica según el PNUD, pero de lento desarrollo cultural, se tenga sala llena en un sábado después de un partido de fútbol que paralizó a las masas. Cuatro aplausos bien fuertes para la Tía Bubu en el paraíso. Abur.