La conservadora Alianza Republicana nacionalista (ARENA), principal partido político de oposición, propuso a la Asamblea Legislativa la suspensión temporal de los derechos penitenciarios de los convictos que pertenecen a las pandillas y el crimen organizado como medida para frenar la rampante violencia que vive el país.
La iniciativa establece la declaración de “estado de emergencia” en los centros penales durante 180 días.
La medida supone la suspensión del derecho a trabajo dentro de los recintos, libertad ambulatoria, acceso a medios de comunicación, “mantener relaciones de familia” y la existencia de lugares para recibir visitas de familiares, que están estipulados en la Ley Penitenciaria.
“La iniciativa se da como respuesta de corto plazo, para detener las actividades ilícitas planificadas y ordenadas desde los diferentes centros penitenciarios, que resguardan a miembros activos maras y pandillas”, informó el partido conservador en un comunicado de prensa.
Con estas restricciones se limitarían “las posibilidades de coordinación y comunicación de los cabecillas de estas estructuras con sus colaboradores en las diferentes comunidades, barrios y colonias”.
“Los diputados de ARENA están convencidos de que es una iniciativa necesaria, que puede generar resultados en la reducción progresiva del accionar delincuencial de las pandillas”, sostiene el partido tricolor.
Asimismo, ARENA también realizó un llamamiento al resto de partidos a que “se sumen a este tipo de propuestas que traerán beneficios a los salvadoreños”.
El Gobierno del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en el poder, evalúa la aplicación de “medidas extraordinarias” como incrementar el número de soldados que participan en labores de Seguridad y la disminución de los reos menos peligrosos en las cárceles.
La escalada de asesinatos que vive El Salvador se cobró la vida de unas 1.725 personas entre el 1 de enero y el 17 de marzo, un 107 % más que en el mismo lapso de 2015, y según las autoridades la mayoría son perpetrados por las “violentas” pandillas.
Según el director de la Policía, Howard Cotto, “la línea de las pandillas está basada en generar una cantidad diaria de homicidios que al final les permita, según ellos, presionar al Gobierno para negociar” prebendas carcelarias para sus líderes recluidos.
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