Informes del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) indican que 9 de cada 10 tomates en el mercado salvadoreño son importados, ante la incapacidad del agro salvadoreño para producir lo necesario para el consumo nacional.
El director ejecutivo del CDC, Danilo Pérez, advirtió de la necesidad de cambiar la matriz productiva agropecuaria, principalmente porque la situación aflora cuando se dan eventos climáticos y otros como el cierre de fronteras en Guatemala en octubre de 2023.
Además, las políticas agropecuarias de la presnte administración han provocado la escasez de verduras y frutas en el mercado mayorista.
La dependencia alimentaria de los salvadoreños de las importaciones de Guatemala, Honduras, Nicaragua, México e incluso de Estados Unidos, evidencia la precariedad de la agricultura local, incapaz de satisfacer la alimentación y demanda de la población, ante la mirada impávida de los funcionarios del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), que ya cambió el encargado de la cartera varias veces durante el gobierno de Nayib Bukele.
Datos del CDC indican que el 93.2 por ciento de las verduras que se comercializan en son adquiridas en el extranjero, sobre todo de Guatemala y Honduras.
Otros proveedores son Nicaragua con granos básicos como el frijol y Estados Unidos con maíz y arroz.
Con respecto a los granos básicos, la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) asegura que en el país se consumen 25 millones de quintales de maíz, sorgo, frijoles y arroz.
La producción local no llega a los niveles necesarios y, por ejemplo, para el periodo agrícola 2024-2025, los agricultores proyectaron una producción que ascenderá a 17.6 millones de quintales, es decir, que unos 7.3 millones se deberán importar para saciar la necesidad de la población, un 29.5 por ciento de los granos.
Expertos insisten en que los modelos de desarrollo económico del país no incluyen una apuesta por la agricultura, promover políticas públicas a favor de la integración del campesinado y darles incentivos para que la misma cosecha que se da en el país pueda abastecer la demanda nacional.