26 de Octubre de 1960 “Cuando los comunistas entraron por primera vez a casa presidencial”

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El 26 de octubre de 1960 un golpe incruento puso fin al gobierno del coronel José María Lemus, quien después de ser capturado  fue sacado del país rumbo a Costa Rica. Le acompañó su esposa Coralia Párraga de Lemus.

El golpe que desplazó a Lemus del poder había sido liderado por el ex presidente Oscar Osorio; Osorio, a su vez, había sido el responsable de que este ganara las elecciones de 1956 que lo llevaron a la presidencia.

No era el único golpe que se preparaba contra Lemus, otro se gestaba a toda velocidad encabezado por Fabio Castillo, Romeo Fortín Magaña, el Mayor Roberto López Trejo y otros dirigentes del Partido Comunista de El Salvador.

El grupo de Fabio Castillo y el del ex presidente Osorio habían alcanzado un acuerdo para deponer del poder a Lemus el 27 de octubre pero Osorio tomó la delantera 24 horas antes del plazo acordado con los comunistas.

La idea de Osorio era que, ya estando en el poder, podría negociar con los comunistas en condiciones de superioridad pero las cosas no le salieron como pensaba.

A la declaración del golpe del 26 de octubre siguió una situación de incertidumbre. El grupo de Osorio no podía conformar gobierno y se enfrentaba al reclamo de los comunistas con quienes habían pactado anteriormente y quienes prácticamente se habían tomado las calles.

La lucha popular callejera estaba liderada entre otros, por Shafik Handal con el respaldo del Frente Nacional de Orientación Cívica, FENOC, organizada por el Partido Comunista y a la que pertenecían la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños, la Asociación General de Estudiantes Universitarios de El Salvador, AGEUS, el partido Abril y Mayo, PRAM, que era la fachada del PCS, y el partido Radical Demócrata que luego se transformaría en el MNR.

En esas circunstancias el grupo de Osorio se vio presionado a conformar la Junta de Gobierno integrando a la misma a la máxima dirigencia intelectual del partido comunista y eliminando de la misma a los militares más recalcitrantes, incluido el mismo Osorio.

Una de las principales causas por las cuales fue depuesto Lemus fue la falta de cumplimiento a los compromisos adquiridos cuando fue “virtualmente” nominado a la presidencia de la República por Osorio,  a la prepotencia que caracterizó su gobierno y a la permanente violación a los derechos humanos; al ataque a la Universidad y su Rector y sus ataques a la libre expresión y a la libertad de prensa. Esto sumado al más reciente evento electoral donde la izquierda simpatizante del Partido Comunista había ganado por primera vez la alcaldía de San Salvador, pero sobre todo, debido a la influencia del triunfo revolucionario en Cuba.  Esa fue la primera vez que los comunistas se hicieron del poder en El Salvador, poder que perderían podo después por no haber podido mantener la calma.

El hecho es que el gobierno comenzó a ser copado por los comunistas y sus simpatizantes. En Casa presidencial se entonaba “la Internacional” a la par del himno nacional y no era extraño que algunos de los despachos se mostrara junto a la bandera nacional otra roja con la hoz y el martillo. El populismo campeaba por los pasillos de la casona de San Jacinto.

La fogosidad izquierdista invadía el ambiente y las amenazas abiertas hacia los militares eran cada vez más fuertes.

Para muchos militares la situación había dejado de ser una cuestión ideológica  para convertirse en cuestión de vida o muerte. Se hablaba con frecuencia de juicios y de fusilamientos y se llegó a asegurar que iban a faltar postes donde colgar a los militares. Estaban realmente asustados por el curso que habían tomado las cosas y comenzaron a pensar en el contragolpe como única salida. El Champagne francés y el caviar de esturión Sterlet (el más caro del mundo) no permitió a los comunistas darse cuenta de lo que ocurría.

El Partido Comunista estaba preocupado por resolver sus problemas internos y no vio los acontecimientos que se avecinaban.

El FENOC, el aparato revolucionario más poderoso construido a la fecha por el Partido Comunista, se había dividido; el partido radical demócrata y el PAR, que se había convertido en la expresión legal del partido  y del cual era Secretario General Fabio Castillo, presentía el contra golpe y hacía esfuerzos por evitarlo. Mientras, el sector integrado por el PRAM, la CGTS y la AGEUS, bajo la conducción de los comunista, planteaban la necesidad de radicalizar el proceso a tal grado, que el 8 de diciembre de ese año exigieron a la Junta la creación de “milicias revolucionarias” como lo había hecho el gobierno de Cuba lo que se convirtió en la gota que derramó el vaso.

En la madrugada del 24 de enero de 1961 vino el contragolpe de los militares y los comunistas tuvieron que salir corriendo de Casa Presidencial en San Jacinto. Su primer gobierno había durado exactamente noventa y un días.

La izquierda revolucionaria de aquella época había perdido su gran oportunidad.