La Santa Sede presentó el documento que guiará el Sínodo sobre la Familia, en el que aparece como aspecto fundamental el “arte de acompañar” a sus realidades.
Las discusiones del Sínodo, el próximo mes de octubre, estarán orientadas por este documento, el “Instrumentum Laboris”, redactado a partir de respuestas de las conferencias episcopales a un cuestionario enviado desde la Santa Sede y del informe final del Sínodo Extraordinario del pasado octubre.
En el documento destacan dos temas que serán esenciales en la próxima asamblea: la situación de los divorciados y la de las familias que cuenten con integrantes homosexuales.
En el primero de los casos, la Santa Sede ha revelado que se da un “común acuerdo” sobre una “vía penitencial”, bajo la autoridad de los obispos, para reintegrar en la Iglesia Católica a los cristianos divorciados que se hayan vuelto a casar, algo que ha sido considerado como una señal de apertura.
El “Instrumentum” señala en relación con los fieles divorciados que se hayan vuelto a casar por lo civil que esa “vía” incluiría una “toma de conciencia del fracaso y de las heridas” producidas por la separación de los cónyuges.
Y que vaya marcada por un “arrepentimiento”, además de por una verificación de la “nulidad del matrimonio, el compromiso a la comunión espiritual y la decisión de vivir en continencia”.
El texto recoge las conclusiones del Sínodo Extraordinario de la Familia del pasado octubre, en el que se constató la existencia de un debate sobre el “acceso a los sacramentos de la penitencia y la eucaristía” de los divorciados que han vuelto a casarse.
Sobre la situación de esas personas las respuestas obtenidas de las conferencias episcopales indican que se debe dar “un acompañamiento de gran respeto” a esos casos y evitar que las personas afectadas se sientan “discriminadas”, promoviendo su participación en la comunidad.
Sobre las personas que se han casado por lo civil o que conviven sin haber contraído matrimonio, el texto señala que esta situación “muy a menudo no está motivada por prejuicios o resistencias a la unión sacramental, sino por situaciones culturales o contingentes”.
Así pues, propone un “camino de crecimiento abierto a la posibilidad del matrimonio sacramental” a dichas parejas.
Por otro lado, la Iglesia Católica también estudia la posibilidad de “acompañar” a las familias con integrantes homosexuales y que, tal y como se dijo en el Sínodo Extraordinario, “deben ser acogidos con respeto y delicadeza” y evitando cualquier “discriminación injusta”.
“Sería deseable que los proyectos pastorales diocesanos dedicaran una atención específica al acompañamiento de las familias en las que viven personas de tendencia homosexual”, afirma el documento preparatorio.
Pero, al mismo tiempo, la Iglesia pone el acento en la cuestión de la adopción y refiere que, a este respecto, “se ha señalado la importancia de afirmar que la educación de un hijo debe basarse en la diferencia sexual, así como la procreación”.
Y añade: “Por lo tanto, también (la procreación) tiene su fundamento en el amor conyugal entre un hombre y una mujer, que constituye la base indispensable para la formación integral del niño”.
Los padres sinodales se reunirán entre el 4 y el 25 del próximo octubre para abordar el tema de la familia, “protagonista en la edificación de la ciudad común”, y lo harán bajo el tema “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”.
El “Instrumentum” comienza analizando el contexto social, marcado por un “cambio antropológico” que se plasma, entre otros factores, en la reducción de matrimonios y en el aumento del divorcio, y por una serie de contradicciones tanto culturales como sociales.
“La familia, fundamental comunidad humana, muestra hoy más que nunca, a través de su crisis cultural y social, cuántos sufrimientos provoca su debilitamiento y su fragilidad. Y cuánta fuerza puede hallar, en sí misma, para afrontar la actitud de las instituciones hacia la formación de las personas”, afirma el documento.
Aborda asimismo el tema de la nulidad matrimonial y revela “el amplio consenso” sobre la posibilidad de hacerlos “más accesibles y ágiles, posiblemente gratuitos”, tal y como ha indicado el propio papa Francisco.
Muestra su rechazo al aborto y a la eutanasia porque, según el documento de las conferencias episcopales de todo el mundo, “es tarea de la familia, apoyada por toda la sociedad, acoger la vida que nace y ocuparse de su última fase”.
También se menciona la viudez, “una experiencia particularmente difícil” y se llama a la comunidad cristiana a apoyar a estas personas, sobre todo “si se hallan en condiciones de indigencia”.