A principios de año se vio envuelta, muy a su pesar, en un escándalo que sonrojó a los responsables del Museo Egipcio de El Cairo. La máscara dorada de Tutankamón, una obra maestra de su extenso ajuar, fue dañada en una restauración chapucera.
Pero la barbarie, en la que se llegó a usar un vulgar y resistente pegamento, tiene arreglo.
Las autoridades egipcias anunciaron este martes que un equipo germano-egipcio acaba de iniciar una cura que podría concluir a principios del próximo año.
El accidente sucedió en agosto de 2014 durante la renovación de la iluminación de la galería donde se exhibió hasta que hace dos semanas los empleados del museo retirara la pieza para trasladarla a quirófano. Los operarios tocaron la efigie -que pesa unos 11 kilos y está hecha de oro y piedras semipreciosas- y la barba trenzada se desprendió.
Tras un primer y frustrado intento de fijarla, varios miembros del departamento recurrieron a la resina epoxi, un adhesivo muy resistente e inapropiado que acabó dañando la joya. Los restos del pegamento son todavía visibles en el mentón del faraón niño.
Tras meses de suspense, el ministerio de Antigüedades egipcio ha inaugurado este martes un proceso de restauración aún incierto. “Estamos aún en proceso. Puede ser que el proyecto haya concluido a finales de este año.
Antes necesitamos saber el estado exacto en el que se halla la barba. Una vez analizado, presentaremos un plan al comité científico con las alternativas posibles para restaurar la pieza”, ha señalado el arqueólogo germano Christian Eckmann, especialista en restauración de metales y responsable del equipo, en una abarrotada rueda de prensa entre las salas del museo.
“Aún tenemos ciertas dudas. No sabemos la profundidad a la que llegó el pegamento dentro de la barba y desconocemos cuánto tiempo necesitaremos para quitarlo”, ha reconocido Eckmann. “Intentamos realizar todo el trabajo por medios mecánicos usando, por ejemplo, palos de madera”, ha precisado.
En una pequeña estancia del museo -que guarda entre vitrinas polvorientas y salas atestadas de obras la mayor colección faraónica del planeta- el equipo de Eckmann recibió este martes a la prensa. Con la máscara recostada sobre una mesa, los expertos se dejaron fotografiar mientras realizan estudios microscópicos para conocer su estado y preparar el remedio.
El egiptólogo alemán advirtió que el proceso precisará de la paciencia que no tuvieron quienes la hirieron y obligaron a retirarla de la exhibición por cuarta vez desde su formidable hallazgo.
Con información de elmundo.es