El presidente Sánchez Cerén retorna al pasado

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Por Mauricio Eduardo Colorado.-

El doble discurso del presidente Sánchez Cerén sobre la política general del país,  no deja de crear confusión en los salvadoreños y quienes analizan a diario la política nacional o internacional, pues se ha hecho costumbre que según el público al que se dirige, la posición oficial del presidente cambia continuamente.

En su discurso del domingo nueve de octubre recién pasado, el alto funcionario, en un discurso encendido dirigido a la masa efemelenista, hizo un llamado a las bases de su partido a estar alertas para “tomarse las calles” en defensa del actual gobierno, para protegerlo –suponemos- de un golpe de estado contra el actual régimen.

Ignoramos los datos que reportan los organismo de inteligencia del estado al gobernante, pero del análisis superficial de quienes lo hacen por informes y elementos de los factores noticiosos normales, creemos que muchos de los comentarios lo único que arrojan, son opiniones de acciones que deberían tomarse por parte del gobierno corrigiendo el rumbo, para detener el curso de la política que lleva al país en un derrotero equivocado y que en breve lo hará colapsar financieramente (si es que aún no ha ocurrido) y lo dejará gravemente herido por el incumplimiento de múltiples obligaciones que, a la larga lo dejarán maniatado y con escasas posibilidades de ejercer un buen gobierno que satisfaga a la mayoría de salvadoreños.

Y el callejón sin salida en que el gobierno se ha buscado en su fanática intención de “favorecer a los pobres” lo hace perder el rumbo al desconocer los principios elementales de la economía que dicta que la pobreza no se resuelve destruyendo a la riqueza, sino todo lo contrario, al estimular la riqueza, se logra multiplicar ésta en los espacios que debe aprovechar la pobreza para superarse.

Y para demostrarlo, solamente veamos hacia el sur, donde Venezuela, rica por su petróleo, se encuentra sumida en una crisis en la cual como producto de la política equivocada gubernamental, se ha caído en una atroz crisis donde ni siquiera se encuentra papel higiénico, y la situación obliga a los venezolanos a visitar a Colombia, para proveerse de los productos que  en su vecina, abundan sin límite.

Pero en esos altibajos de expresión, nuestro presidente ha caído en contradicciones como cuando amenazó con romper relaciones con Brasil por la destitución de la presidenta Rouseff, y a los días salió aclarando que no era así, -después que le informaron a cuanto ascendía la ayuda de ese gran país del sur- Lo mismo ocurre cuando  se exalta en contra de los Estados Unidos, y a los días rectifica cuando le explican lo que perdería El Salvador, sin la ayuda de ese gran país del Norte.

Pero pareciera que los gobiernos extranjeros han entendido la forma de proceder de nuestro mandatario, y han sabido interpretar cómo hay que entender ese doble y contradictorio mensaje según el público que tiene enfrente. Lo que si se puede observar a la legua, es que el gobierno actual al pedir “tomarse las calles” está dando un mensaje que significa un retroceso histórico, y que de seguir esa política, no sería extraño que algún fanático trasnochado, incitare a sus bases rebeldes a tomar las armas en defensa del gobierno, y en total desafío a los Acuerdos de Paz suscritos en Chapultepec, México, y se hiciera una regresión histórica en el desarrollo político de nuestro país.

Confiemos pues, en que algunas señales de nuestro gobierno, sean resabios de una época violenta que no se aparta de la memoria de algunos de sus protagonistas, que aún no caen en la cuenta que la democracia y la vigencia de la constitución y demás leyes de la república, llegaron para quedarse, en rechazo a cualquier tipo de dictadura. Todo el equipo que forma el gobierno, deberá caer en la cuenta que la guerra civil salvadoreña terminó hace tiempo, y nadie debería tratar de regresarla.

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