Policías y custodios de Centros Penales marcharon el martes para exigir su derecho para asociarse libremente en sindicatos, y demandaron un salario justo y mejores condiciones de trabajo.
Policías tanto mujeres como hombres, muchos de ellos cubiertos los rostros con pasamontañas por el temor de represalias de los jefes policiales, acompañados de familiares y por custodios de Centros Penales, se congregaron frente a las instalaciones del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) y luego marcharon hacia Casa Presidencial, donde fueron reprimidos en su paso por unidades de choque de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO).
“No pueden pasar, no podemos permitirles que pasen, los compañeros lo saben y tienen que comprender”, dijo a los periodistas un oficial que estaba al frente de la Unidad de Mantenimiento del Orden. El oficial se negó a comentar si son justas o no las demandas de sus compañeros. En El Salvador prevalece el viejo adagio “El que calla, otorga”.
Los policías y los guardias de los centros penales exigen un ajuste salariar de 1.000 dólares mensuales para cada uno de ellos.
“Las mujeres policías estamos aquí para defender nuestros derechos, queremos que nos den un salario justo, queremos que nos paguen mil dólares mensuales porque lo que ganamos no es suficiente para cubrir los gastos de nuestros hogares”, dijo una policía cubierta de su rostro con una gorra pasamontaña.
La mujer agregó: “nosotros salimos todos los días a la calle a defender al pueblo y arriesgamos nuestras vidas, cuando salimos de licencia nos están matando, y no es justo lo que nos están pagando”.
La última víctima policial es un agente supernumerario de la División de Protección de Personalidades (PPI), identificado como José Mauricio Castillo, quien fue asesinado en la colonia Nueva Apopa la noche del lunes. Con el agente Castillo son ya 26 efectivos policiales asesinados en lo que va del año.
