La teoría nos la sabemos todos: es muy importante lavarse las manos antes de comer o de manipular cualquier alimento. Pero, en la práctica, las prisas o los descuidos hacen que no siempre se cumpla con ese ritual.
Una profesora llamada Donna Gill Allen compartió el mes pasado en Facebook un experimento que había hecho con sus alumnos.
Tomó tres rebanadas de pan de molde. Una de ellas la manipuló con guantes y la metió en una bolsa con el nombre “control”. A continuación cogió otra, la manipuló con las manos limpias y la metió en un recipiente con la leyenda “manos limpias”.
Y, por último, agarró la tercera rebanada y la pasó por las manos, sucias, de todos los alumnos. La metió en una bolsa llamada “manos sucias”.
Después de todo eso, dejó pasar un tiempo… y el resultado es esclarecedor. Los dos primeros trozos de pan se mantuvieron exactamente igual (o muy parecidos). Pero el tercero, el que pasó por las manos de todos los alumnos acabó llenó de moho debido a los gérmenes.
El experimento se ha convertido en todo un éxito en Facebook, donde acumula más de 46.000 reacciones y 70.000 compartidos en cuatro semanas.