Israel, en alerta máxima frente a la escalada de violencia

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Seis personas resultaron heridas este jueves en Jerusalén, Tel-Aviv y cerca de una colonia en Cisjordania ocupada, en tres ataques distintos con arma blanca, durante los cuales un atacante fue abatido, indicó la policía y el ejército.

Estos hechos llevan a ocho el número de ataques con arma blanca perpetrados contra israelíes y judíos en seis días. En Tel-Aviv, un hombre hirió con un destornillador a una soldado israelí y levemente a otras tres personas, indicó la policía, antes de ser abatidos a tiros por otro soldado.

La joven soldado está levemente herida, indicó el ejército. La policía describió al agresor como a un “terrorista” árabe, lo que significa que podría tratarse de un palestino o de un árabe israelí.

En Cisjordania ocupada un palestino hirió gravemente a cuchilladas a un civil israelí cerca de la colonia de Kiryat Arba, al este de Hebrón, en Cisjordania ocupada, indicó el ejército israelí.

Este sector es un centro de tensiones vivas y permanentes entre palestinos y colonos israelíes. El ejército está buscando al agresor que huyó. El civil israelí fue evacuado al hospital. Antes un palestino de 19 años, del campo de refugiados de Chuafat, en Jerusalén Este ocupada, hirió gravemente en el cuello a un judío ortodoxo israelí, en una importante avenida que separa a los barrios judíos ortodoxos de los barrios palestinos del norte de la ciudad. El agresor fue detenido, indicó la policía israelí.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, instó el miércoles por la noche a los israelíes a estar en “estado de alerta máxima” ante la ola de violencia que sacude a Jerusalén Este y Cisjordania ocupada desde hace una semana y levanta comparaciones con las intifadas de 1987 y 2000. Estas tensiones se extendieron el miércoles al centro de Israel.

Por primera vez desde el inicio de esta escalada de violencia, un palestino de 17 años de Yatta (Cisjordania), Amjad Hatem Al-Jundi, murió después de haber atacado y herido levemente a un soldado israelí en Kiryat Gat, lejos de Cisjordania y de Jerusalén. Asimismo, un palestino de 25 años hirió con un cuchillo a un judío ortodoxo en Petah Tikva, cerca de Tel Aviv.

Nuevos choques en Bet El

De costumbre rebosante de gente, la Ciudad Vieja de Jerusalén, situada dentro de Jerusalén Este estaba casi desierta, con excepción de cientos de policías y de turistas.

Se veía a varios policías sobre los techos y un periodista vio a un hombre instalar un detector de metales cerca de una de las puertas principales de este lugar donde se ubican importantes sitios religiosos.

Cuatro israelíes y cinco palestinos, entre ellos tres presuntos agresores, han muerto desde el 1 de octubre, y la Media Luna Roja contabilizó 86 palestinos heridos con balas reales y 344 con balas de goma desde el 2 de octubre.

Además, se han multiplicado los choques entre palestinos que lanzan piedras y soldados o policías israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, así como las represalias mutuas entre palestinos y colonos en Cisjordania.

Este jueves se registraron nuevos enfrentamientos cerca del puesto de control israelí de Bet El, en las afueras de Ramala, en donde cientos de estudiantes salieron a manifestar por segundo día consecutivo.

‘Sangre fría’

Los 400.000 colonos que cohabitan difícilmente con los 2,8 millones de palestinos en Cisjordania, quieren quedarse e incluso extenderse. Varios están coléricos desde el asesinato de una pareja de colonos el 1 de octubre, en un ataque atribuido por Israel a una célula del movimiento islamista Hamas.

Después de en un primer momento haber anunciado un incremento de las medias de seguridad y de represión, el primer ministro israelí parecía ahora querer apaciguar los ánimos por lo que pidió a los israelíes “sangre fría”.

Un responsable israelí confirmó este jueves que el jefe de gobierno prohibió a los diputados ir a la Explanada de las Mezquitas, o Monte del Templo para los judíos, uno de los mayores puntos de enfrentamiento. Estas visitas son consideradas por los palestinos como provocaciones. Pero los diputados árabes de Israel, solidarios con los palestinos, decidieron desacatar la orden del primer ministro Netanyahu.

“Ni Netanyahu ni la derecha podrán impedirnos entrar en nuestra mezquita de Al Aqsa”, indicó en un comunicado el diputado árabe Ahmad Tibi, que calificó la decisión de Netanyahu de “loca y desigual”. “Mañana (viernes), estaremos todos en la mezquita de Al Aqsa, porque es nuestra mezquita”, añadió.

El presidente palestino Mahmud Abas parecía también decidido a impedir una escalada. “No debemos recurrir a la violencia”, dijo desde Ramala. Pero abogó por “una resistencia popular pacífica” y exigió al “al gobierno israelí, alejarse de nuestros lugares santos”.