Iglesia pide a todos los sectores trabajar para construir la paz

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El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, pidió a todos los sectores trabajar por construir la paz ante la epidemia de violencia homicida que vive el país.

“La violencia es como una epidemia que debe atenderse con prontitud”, exclamó el arzobispo durante la misa dominical celebrada en la céntrica catedral.

Según el prelado católico, “el país se desangra, el país muere por la violencia de las pandillas a la que se la dado un tratamiento “inadecuado por décadas” desde que comenzó.

Según estadísticas oficiales, en lo que va de este año, el país acumula ya más de 1.600 homicidios, por lo que el promedio de muertes violentas por día ronda los 23.

El pasado sábado, el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, dijo que las pandillas “han perdido todos sus instintos de seres humanos, que se han degradado a tal forma que no les importa la vida de nadie” al cometer masacres de hasta 11 personas.

El Gobierno prepara una serie de medidas “extraordinarias” para el combate la violencia. Las medidas estarían contempladas en el marco del programa ‘El Salvador Seguro’ y serían presentadas a la Asamblea Legislativa en la plenaria de la próxima semana.

Sánchez Cerén dijo durante su programa de propaganda “Gobernando con la Gente” que una de las medidas sería ejercer mayor control de los centros penitenciarios, “desde donde se ordenan” cometer actos “ilícitos”, así como incrementar la presencia policial en la calle. Dos de las recomendaciones hechas por el consultor experto en manejo de violencia, Rudolph Giuliani, hace un año y que no habían sido aplicadas por diversos motivos políticos.

Ante el complicado escenario que vive el país, para el arzobispo “es urgente” fomentar en todos los ámbitos las condiciones que lleven a la paz, lo cual pasa por la “salvaguardia” de los bienes de las personas, la libre comunicación en la sociedad, el respeto a la dignidad humana y la práctica “asidua” de la fraternidad.

En 2015 El Salvador registró 6.657 homicidios, que lo convirtieron en una de las naciones sin guerra más violentas del mundo, con un promedio de 104 homicidios por cada 100.000 habitantes.