Hace 33 años fue asesinada la Comandante “Ana María” de las FPL

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Mélida Anaya Montes,  “Comandante Ana María”  (53), fue una guerrillera salvadoreña, segundo al mando de la Fuerzas Populares de Liberación (FPL) y fundadora del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) fue asesinada en Nicaragua por un comando que presuntamente recibía ordenes del legendario dirigentes izquierdista Salvador  Cayetano Carpio  “Comandante Marcial”

El horrendo asesinato se llevó a cabo en medio del mayor conflicto de poder que se produjo al interior de las FPL entonces brazo armado del partido comunista salvadoreño. “Ana María” dormía cuando recibió en el pecho 81 punzadas con picahielo (al estilo Trotsky) y luego fuedegollada con una navaja.

Mélida Anaya Montes nació el 17 de Mayo de 1929 en el pequeño poblado de Santiago Texacuangos, en la zona central de El Salvador. Fue profesora de educación media y subdirectora de la ciudad normal “Alberto Masferrer”.

Se doctoró en ciencias de la educación en la Universidad de El Salvador, donde impartió clases en la década de los sesenta. A finales de esa década se convirtió en una de las principales dirigentes de la asociación gremial ANDES 21 de Junio y condujo las huelgas de profesores de 1968 y 1971, que pusieron en serios aprietos al gobierno del coronel Fidel Sánchez Hernández.

Precisamente en 1970, el ex secretario general del Partido Comunista Salvadoreño, Salvador Cayetano Carpio, fundó el primer grupo guerrillero de El Salvador: Las Fuerzas Populares de Liberación – Farabundo Martí (FPL).

A mediados de los años setenta, Mélida Anaya Montes, llevó el gremio magisterial al Bloque Popular Revolucionario (BPR), frente de masas de las FPL. El BPR protagonizó huelgas, tomas de templos y embajadas; manifestaciones callejeras y toda la turbulencia que presagiaba la guerra que iba a sacudir al país en los años siguientes.

La comandante

Fue hasta en los primeros años de los ochenta cuando se dio a conocer públicamente que Mélida Anaya Montes, no sólo era dirigente del gremio magisterial, sino también la segunda responsable de las FPL, con el nombre de guerra de “Comandante Ana María”. Su capacidad de liderazgo subversivo la llevó en poco tiempo a convertirse en la segunda al mando de las FPL.

Para ese momento su organización junto al Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP; Resistencia Nacional, RN; Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC, y el Partido Comunista Salvadoreño, PCS, se habían unido para formar el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN.

En una entrevista de las muchas que le hicieron a la maestra Ana María le preguntaron sobre si alguna vez había pensado que  alguna vez tomaría en sus manos una metralleta? respondió en forma decidida que no, que ella simplemente se hubiera reído.

Desde su infancia Mélida quería ser maestra, su madre trabajaba lavando ropa o limpiando en las casas de los ricos, su padre era jornalero en las plantaciones de café.

Después que un pariente  de su padre, que vivía en la capital, le ofreciera que podía vivir en su casa, así ella se traslada y prosigue sus estudios de maestra en la Escuela Normal España hasta graduarse con éxito en octubre de 1943.

Sus primeras lecciones las dio en una escuela del departamento de la Paz. Ya con intenciones políticas, entra a la escuela pedagógica superior, donde se destaca y se involucra en el trabajo social. Es ahí donde la eligen miembro de la Asociación de profesores de las escuelas medias de la capital.

Esta ocasión fue una de las reuniones que Montes intervino donde se destaco oralmente por su hablar sencillo y claro y por la capacidad de argumentar y señalar hasta los problemas más complejos, ya había sido adoctrinada.

Mélida planeó hacer una organización de todas las escuelas, uniéndolas en una sola demanda. Según ella así serian oídas y podrían contribuir al desorden popular, en busca de la caída del sistema. Terminados sus estudios en la escuela pedagógica superior, es nombrada vicedirectora de la misma.

Siendo estudiante, pudo leer escritos marxistas leninistas que se podían conseguir en algunas bibliotecas y “centros culturales”que aún no se prohibían abiertamente y que llegaban al país vía Guatemala y México día desde la Unión Soviética. Estos libros cambiaron las ideas que ella tenía respecto al futuro del país.

Según algunos biógrafos, lo que más le gustó fue el “poema pedagógico” del ruso Antón Makárenko, que se trata sobre la buena y mala educación que reciben los niños.

En 1970 se incorpora a la FPL, claro que no se incorporó de un solo, sino que paso por un tiempo de prueba como todo el que se incorporaba al movimiento de Salvador Cayetano Carpio el Comandante Marcial..

Comienza La pugna dentro de las FPL

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Salvador Cayetano Carpio, se había curtido desde mediados del siglo pasado, como líder del sindicato de los panificadores. Desde muy joven se enroló en las filas del pro soviético Partido Comunista, la organización más antigua de la izquierda salvadoreña, de la cual llegó a ser su secretario general.

Cayetano Carpio era delgado, bajo de baja estatura, ojos esquivos y achinados bajo gruesos lentes de miope y una hirsuta barba al estilo del mítico Ho Chin Mhin, líder comunista de Vietnam del Norte.

En los setrenta en el partido Comunista había dos tendencias que generaban amargas pugnas: Una era comenzar la lucha guerrillera y la otra era continuar penetrando sindicatos, cooptando partidos legales e infiltrando las Fuerzas Armadas democráticas.

Esta última era la línea que apoyaba el Partido Comunista de la Unión Soviética, principal padrino de todos los partidos afiliados al Movimiento Comunista internacional.

Carpio rompió con el Partido Comunista, cuando se impuso la línea de Moscú apoyada por Schafik Jorge Handal, que se convirtió en el nuevo secretario general del PCS.

Carpio, junto a otros militantes que lo apoyaban fundó en 1970 las FPL. Una organización que sustentaba la violencia por encima de los principios ideológicos del PCS, incluso su admiración por la URSS.

La diferencia principal estaba en los métodos de lucha.

Como primer responsable de las FPL, Salvador Cayetano Carpio adoptó el nombre de “Comandante Marcial”. Era un hombre de ideas básicas y con un fanatismo muy propio de su persona. Frecuentemente tomaba decisiones motivado más por el rencor personal, que por estrategias militares.

Un ejemplo de ello ocurrió cuando en una manifestación del BPR, que pretendía apoderarse de la embajada de Venezuela en mayo de 1979, fue abatida a balazos la profesora Emma Carpio, hija de Marcial y esposa del poeta Rafael Gochez..

Enfurecido, Marcial ordenó el asesinato del ministro de educación Carlos Herrera Rebollo, quien fue ametrallado, cuando se dirigía en automóvil a su despacho en el centro de San Salvador.

¿Carpio, culpable o inocente?

Las FPL, en diciembre de 1983, ya bajo el mando de Salvador Sánchez Cerén, emitieron un comunicado, en el que públicamente acusaron a Marcial de haber ordenado el asesinato de Ana María y de haberse “descompuesto ideológicamente”.

Algunas fuentes de alto nivel en el FMLN, aseguran que altos dirigentes cubanos y nicaragüenses obligaron a Marcial a suicidarse, sin embargo no hay suficientes indicios que sostengan esta especie.

En el alegato el abogado defensor de Bazzaglia, Alejandro Gutiérrez Mayorga, dijo que los grandes responsables del crimen de Mélida Anaya Montes son “los enemigos del pueblo salvadoreño que han obligado a los jóvenes y niños de El Salvador a aprender a luchar con las armas en la mano y los han conducido a una escuela en la cual se aprende a disparar para defender tiro a tiro los puntos de vista considerados justos”.

El líder del comando que asesinó a Anaya Montes, Rogelio Bazzaglia, quien en el juicio sostuvo que la decisión fue personal, dijo que “la profunda calidad humana de nuestra practica revolucionaria nos imponía la obligación de ejecutar el objetivo sin el propósito de causar sufrimiento innecesario”.

Agregó que ordenó el crimen porque “deseaba fervientemente y con profundo amor revolucionario el triunfo de la revolución salvadoreña, lo cual Ana María ponía en peligro”.

Algunas de las versiones afirman que antes del asesinato de la comandante Ana María,  Carpio sostuvo en Managua varias reuniones con Rogelio Antonio Bazzaglia Recinos, comandante “Marcelo”. Según lideres de las FPL, en esas reuniones Carpio ordenó a Marcelo el asesinato de Mélida Anaya Montes.

¿Que sucedió en la casa de la comandante?

La versión que más credibilidad ha cobrado asegura que  en la madrugada del 6 de Abril de 1983, tres hombres se desplazaban de manera sigilosa por los patios, veredas y predios baldíos aledaños a la Carretera Sur en los alrededores de Managua, la capital nicaragüense. Iban vestidos con ropas oscuras, zapatillas, guantes y pasamontañas.

Solo los grillos y los ladridos de los perros, rompían la quietud de la calurosa noche. Llegaron a Montefresco, una elegante zona residencial en el kilómetro quince y medio de la Carretera Sur.

Escurridizos, bordearon muros y terrenos, y penetraron en una espaciosa casa con el número ciento veintiocho. No tuvieron ningún problema para ingresar.

Desde adentro les habían dejado abierto el portón que da al patio y la puerta de entrada a la casa. No se escuchaba ningún ruido. Todo estaba oscuro. En la sala de estar, una mujer les señaló una habitación. Los tres sujetos avanzaron, sin decir palabra. Abrieron la puerta de la alcoba y alcanzaron a ver a la persona que solitaria dormía en su cama. Era una mujer de 54 años.

Los tres sujetos se hicieron señales. Sacaron de los pequeños bolsos que llevaban terciados navajas y picahielos. Blandieron las cortantes armas en sus puños. Uno de ellos se abalanzó sobre la mujer, le sujetó la cabeza mientras le tapaba la boca, otro la sostuvo por los pies, inmovilizándole las piernas, mientras el tercero, con brutales impulsos de su mano, le hundía una y otra vez un picahielos en el tórax.

La sangre que brotaba de las diminutas pero profundas heridas manchó poco a poco la ropa de dormir de la mujer. Para rematarla un segundo miembro degolló a la mujer con una navaja. La sangre brotó a borbotones. Eran las dos y treinta de la madrugada.

La fiscal del caso, la abogada Ninoska Arguello, expresó en su acusación que la muerte de Mélida Anaya Montes “fue provocada por ochenta y un punzadas, siendo degollada posteriormente”. La autopsia reveló que había rastros de semen en la víctima, pero se descartó totalmente que los victimarios la hayan violado. Ella tenia un su novio al que había visto con anterioridad.

El suicidio

040616-cayetano-arribaMarcial fue informado telefónicamente del asesinato de Ana María. El nueve de abril regresó a Managua desde Trípoli, Libia, para asistir a los funerales.

Hasta ese momento la comandancia general del FMLN y el gobierno sandinista acusaron a la Agencia Central de Inteligencia CIA, de haber perpetrado el crimen. El New York Times, de esos días, muestra una foto del sepelio de Ana María, en donde aparece un preocupado Marcial, en medio de los comandantes sandinistas Tomás Borge y Daniel Ortega.

El mismo día de los funerales fue apresado Rogelio Bazzaglia, por agentes del Ministerio del Interior040616-funerales-ana-maria nicaragüense. El 12 de abril los agentes nicaragüenses habían capturado a todos los participantes en el asesinato. Un día antes, dijo un comunicado del Ministerio del Interior, Bazzaglia declaró que “su acción le había sido ordenada por Salvador Cayetano Carpio”.

Ya en el juicio Bazzaglia se retractó de esta afirmación.

El diario Barricada de Managua, informó que “al conocer las declaraciones de Bazzaglia Carpio se negó a comentarlas, no negándolas, ni aceptándolas y sumiéndose en un silencio absoluto”.

Marcial, de hecho, ya estaba bajo arresto domiciliario, desde la misma noche del nueve de abril.

Ese día 12 de abril, emisarios del ministerio del Interior nicaragüense y dos altos emisarios del FMLN desde El Salvador, llegaron a la casa de Carpio, en la Carretera Sur y lo acusaron directamente de haber ordenado el asesinato y le plantearon dos alternativas: ser sometido a un juicio revolucionario o quitarse la vida.

Algunas versiones sostienen que entre los emisarios que llevaron el mensaje figuraba, además del  ministro nicaraguense del Interior Tomás Borge, el comandante Leonel, Salvador Sánchez Cerén y Franzi Hato Hasbún. Esta parte de la versión nunca ha sido reconocida por los supuestos protagonistas salvadoreñas.

Testimonios de militantes de las FPL que pidieron no ser identificados, indican que cuando los emisarios se fueron, Marcial pidió a su mujer, Tulita, que le preparara un par de huevos fritos, se encerró en su cuarto y se disparó un tiro en la cabeza con una pistola de cuatro bocas que le había regalado Omar Torrijos

El suicidio de Carpio fue publicado oficialmente hasta 12 días después, ya que debía discutirse e investigarse los hechos en Nicaragua y en todos los niveles de la Guerrilla del FMLN en El Salvador.

Si el suicidio fue inducido o, como lo afirman otros, se trató de un ajusticiamiento de Marcial marcaba un macabro dueto con la de Mélida Anaya Montes en los alrededores de la Carretera Sur.

Después del asesinato de la comandante AnaMaría y del “suicidio” de Marcial asumió a la máxima jefatura de dicha organización guerrillera el comandante Leonel, nombre de guerra usado por el profesor Salvador Sánchez Cerén, cuya primera acción importante al frente de dicha organización guerrillera fue acusar de asesino al padre y fundador de las FPL

Hoy Salvador Sánchez Cerén, comandante Leonel, es presidente de la República de El Salvador, mientras el recuerdo de Salvador Cayetano Carpio se debate en voz baja entre el fango de ser recordado como asesino o como un patriota, injustamente asesinado a decir de otros.

Notas de archivo de la Dirección de Diario Latino, colaboración de Luis Montes Brito y archivos web.

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