Medios israelíes advierten que el gobierno salvadoreño está valorando cerrar su embajada en Herzliya, Israel, en represalia del cierre de la embajada israelí en El Salvador.
Como respuesta a las informaciones difundidas en varios medios digitales israelíes, el canciller Hugo Martínez dirigió una carta al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la que le pide que reconsidere la decisión de cerrar la embajada de Israel en San Salvador.
“Nuestro canciller envió una nota al primer ministro Netanyahu expresando nuestra sorpresa y profunda preocupación por esta decisión y que apela a las muy buenas relaciones históricas” con el fin de solicitarle que “reconsidere la decisión” del cierre de la legación diplomática, explicó a la agencia española de noticias, Efe, el embajador salvadoreño en Herzeliya (norte de Tel Aviv), Werner Matías Romero.
Israel anunció en diciembre el cierre de sus embajadas en Bielorrusia y El Salvador y una embajada itinerante para El Caribe, según un plan para recortar gasto público en 2016 que afectará a todos los ministerios.
Por su parte, el periódico digital israelí Ynet asegura que El Salvador valora cerrar su embajada en Israel, con el agravante que plantea moverla a Ramala, sede del gobierno de la Autoridad Nacional Palestina, o a El Cairo y reducir a un mínimo su personal diplomático en este país, como desplante al gobierno judío de Israel.
Matías Romero lamentó la decisión y resaltó que El Salvador sostiene “profundos lazos de cooperación, de diálogo político y de comercio” con Israel, “todo gracias a que han tenido embajadas residentes en los respectivos países”.
Las relaciones diplomáticas entre ambos datan del año de la creación del Estado de Israel, en 1948, puesto que El Salvador, junto a otros países de Centroamérica, fue uno de los primeros países en reconocer a la nueva nación. “En la carta también se recuerda la gran labor del coronel José Arturo Castellanos, que fue nuestro cónsul en Ginebra en los años 40 y emitió 13,000 certificados de nacionalidad salvadoreña que ayudaron a salvar a unos 40,000 judíos de los campos de concentración nazis”, afirma Romero.
El Salvador, recuerda el embajador, ve en Israel un socio importante, en concreto en los retos de seguridad que enfrenta el país.
El embajador negó, tal como se ha publicado recientemente en varios medios israelíes, que El Salvador esté valorando cerrar en represalia su embajada en Herzliya. “El Salvador no está pensando en mover ninguna representación”, asegura, y afirma que “no hay sustituto para un embajador residente, que puede llegar a los actores políticos y avanzar una agenda no solo nacional sino también regional”.
Analistas coinciden en que el alejamiento del gobierno salvadoreño de su tradicional socio cooperante, el Estado de Israel, inició durante la administración de Mauricio Funes Cartagena, del primer gobierno del ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), grupo con fuertes vínculos con grupos terroristas palestinos que fueron sus socios de antaño.
Durante el conflicto armado de los 80’s Al Fatah, brazo armado predominante de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) bajo la dirección del entonces reconocido terrorista internacional, Yasser Arafat, fue uno de los grupos que surtió de armas y explosivos a los entonces guerrilleros del FMLN, armas con las que se desangró el pueblo salvadoreño por más de una década.
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