VAN HORN, Texas – Jeff Bezos, el ser humano más rico del mundo, viajó al espacio el martes. Fue una breve excursión, elevándose más de 65 millas en el cielo sobre el oeste de Texas, en una nave espacial que fue construida por la compañía de cohetes de Bezos, Blue Origin.
Mientras que Richard Branson, el empresario británico que voló en un avión cohete de su empresa Virgin Galactic, derrotó a Bezos al espacio la semana pasada, algunos analistas consideran que Blue Origin, fundada por Bezos hace más de 20 años, es una empresa más contendiente importante en la futura economía espacial. La compañía tiene ambiciones de una escala mucho más allá de los vuelos cortos para los turistas espaciales, y está respaldada por el empresario que convirtió a Amazon en una potencia económica.
Lori Garver, quien se desempeñó como administradora adjunta de la NASA durante la administración Obama, dijo que Bezos “tiene una visión enorme a largo plazo que es multigeneracional”. Añadió que su intención para Blue Origin era “competir por apuestas aún mayores” en el creciente negocio del espacio.
En 2017, Bezos anunció que vendería mil millones de dólares en acciones de Amazon al año para financiar la empresa espacial, y Blue Origin ya ha perseguido una serie de oportunidades comerciales, como intentar ganar contratos para un módulo de aterrizaje lunar para los astronautas de la NASA como así como el lanzamiento de satélites para el Departamento de Defensa en grandes cohetes reutilizables.
En los últimos años, antes de dejar el cargo de director ejecutivo de Amazon, Bezos solía dedicar un día a la semana, generalmente los miércoles, a concentrarse en Blue Origin. El hecho de que el propio Bezos estuviera sentado en la cápsula para el viaje espacial del martes deja en claro que está poniendo los vuelos espaciales en la parte superior de su lista de gastos.
“La única forma que veo para desplegar tanto recurso financiero es convirtiendo mis ganancias de Amazon en viajes espaciales”, dijo hace unos años, expresando su inversión como una forma de filantropía.
Bezos ha descrito una visión del futuro de la humanidad que está influenciada por las propuestas de Gerard K. O’Neill, físico de Princeton. En la década de 1970, el Dr. O’Neill propuso colonias espaciales gigantes con forma de cilindro que, en cantidades suficientemente grandes, sustentarían a muchas más personas e industrias de las que son posibles en la Tierra.
“El sistema solar puede soportar fácilmente un billón de seres humanos”, dijo Bezos. “Si tuviéramos un billón de seres humanos, tendríamos mil Einsteins y mil Mozarts e ilimitados, para todos los propósitos prácticos, recursos y energía solar”.