El único partido de oposición en la Asamblea Legislativa, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), dijo que el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén es “alérgico” al diálogo y que le “preocupa” que el país no tenga estrategias para solucionar problemas graves, como la violencia.
El diputado y excandidato a la presidencia por ARENA, Norman Quijano, dijo a periodistas que durante el primer año bajo el mando del presidente Sánchez Cerén, el gobernante FMLN no ha permitido el diálogo entre partidos.
“El Gobierno se ha caracterizado por ser un gobierno impositivo, alérgico a los procesos de diálogo y entendimiento con todas las fuerzas políticas, particularmente con nuestro partido, que es la principal fuerza de oposición”, sostuvo Quijano.
El ex edil capitalino y ahora diputado, citó que el FMLN, junto con otros partidos “minoritarios”, “impuso” la nueva junta directiva de la Asamblea Legislativa y que con esto el oficialismo “quemó los puentes” de las “posibilidades de entendimiento”.
También tildó de “chiste de mal gusto” la posición de Sánchez Cerén en su discurso hoy ante la Asamblea Legislativa de que los planes de seguridad “están siendo efectivos”.
En la misma línea, Jorge Velado, presidente de la Comisión Ejecutiva de ARENA (COENA), se mostró preocupado porque el Gobierno no tenga, luego de un año, una estrategia para afrontar la violencia.
“Lo que oímos del presidente es que se solidariza con las víctimas, que se compromete a actuar con firmeza, como hace un año” pero “estamos viendo un país sin rumbo”, dijo en una rueda de prensa.
Por su parte, la diputada Ana Vilma de Escobar dijo a periodistas que “el Gobierno no puede seguir con discursos de intenciones” sino que “debe dar resultados” y dialogar con la oposición para “colaborar” en la búsqueda de soluciones.
“Este país no va a generar empleos, no va a generar inversiones mientras no haya estabilidad política, se combata la inseguridad y para eso se necesita sentarse con la oposición política”, expuso.
No obstante, el presidente de la República reconoció ante la Asamblea Legislativa que, después de un año de su gobierno, la violencia sigue siendo una de sus mayores preocupaciones y pidió “apoyo” al Congreso “con la aprobación de leyes que fortalezcan la lucha contra la delincuencia”.
Sánchez Cerén sostuvo que durante sus primeros 12 meses de gobierno fueron desarticuladas unas 200 pandillas y fueron llevados a la cárcel 10.000 miembros de las mismas, no aclaró cuantas convicciones se lograron.