Al menos 19 personas murieron y otras 50 han resultaron heridas tras registrarse una explosión al término del concierto de Ariana Grande , hacia las 22.30 (hora local), en el estadio Manchester Arena, según la policía de la ciudad británica. Las fuerzas de seguridad tratan el incidente como un atentado terrorista y piden que nadie se acerque a la zona.
La primera ministra británica, Theresa May, condenó en un comunicado esta madrugada lo que “la policía está tratando como un terrible atentado terrorista”. “Todos nuestros pensamientos están con las víctimas y las familias de los afectados”, ha añadido. Este martes ha convocado una reunión de urgencia de su comité de crisis a las 9 de la mañana.
Varios asistentes al concierto subieron a sus perfiles de Twitter vídeos en los que se ven los momentos de pánico durante el desalojo del recinto, con capacidad para 21.000 personas. Desde su apertura, en 1995, el Manchester Arena ha acogido grandes conciertos. U2, los Rolling Stones, Madonna o Pavarotti han actuado en sus instalaciones.
“He oído una fuerte explosión. Han temblado los cristales de mi casa”, explica Pedro, un vecino que vive frente al Manchester Arena. “He visto a un montón de gente salir corriendo, a mucha policía con metralletas y dos personas heridas”.Un testigo y servicios sanitarios citados por la BBC aseguran que están viendo a víctimas con “heridas de metralla”.
Por su parte, un portavoz de Ariana Grande ha asegurado que la cantante “se encuentra bien”. La cantante es muy popular entre los adolescentes, por eso había muchos padres esperando en la puerta para recoger a sus hijos, menores de edad. Existe un número de emergencia disponible para quien esté tratando de localizar a seres queridos tras el ataque, el 0161 856 9400.
La explosión se produjo en el vestíbulo y al término del concierto, cuando la gente comenzaba a abandonar las instalaciones, como ha indicado el Manchester Arena en un comunicado. Cuatro horas más tarde de la primera explosión, la policía informaba de que iban a proceder a una explosión controlada de lo que pensaban que podía ser una bomba pero resultó tratarse de ropa abandonada.