Investigación del Fiscal Meléndez sobre sustracción de ROS podrían llegar hasta la mafia italiana

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El Fiscal General de la República, Douglas Meléndez, anunció esta semana que se está investigando la relación de un ex fiscal con dos ciudadanos canadienses de origen italiano, señalados por sus vinculaciones con la mafia italo canadiense, sobre los que pesa una difusión roja de la Interpol, acusados por los delitos de extorsión y apropiación o retención indebida.

El ex fiscal Diego Balmore Escobar Portillo ha sido señalado como uno de los responsables de sustraer y filtrar a casa presidencial, durante el gobierno de Mauricio Funes, un ROS internacional (Reporte de Operaciones Sospechosas) para ser utilizado contra el ex presidente Francisco Flores y, más recientemente, por sus relaciones con los ciudadanos italo canadienses, Matteo Pasquale y Franco Pacetti, buscados por la Interpol, por delitos de extorsión y otros relacionados con la mafia canadiense-italiana y de los que el ex fiscal Escobar Portillo asegura ser el abogado defensor.

“Hemos retomado esa información que han llevado en relación al ex fiscal (Diego Balmore Escobar Portillo)”, dijo Meléndez.

“Es una investigación en general”, la cual no se limita al ex fiscal auxiliar Escobar Portillo, denunciado en la FGR como el responsable de la filtración del documento a cambio de una importante cantidad de dinero, aseguró el Fiscal.

Luego de filtrar el ROS al entonces gobernante del FMLN, el ex fiscal Escobar Portillo abandonó el país rumbo a Costa Rica donde supuestamente se refugió en la propiedad de un conocido periodista costarricense residente en El Salvador.

Matteo Pasquale y Franco Pacetti llegaron al país en 1997 para dedicarse a un proyecto para el tratamiento de la basura, cosa en la que estuvo totalmente de acuerdo el alcalde de San Salvador, Héctor Silva Argüello, no solo porque se trataba de un modelo de coparticipación interesante sino porque eso podría traerle abono a los propósitos “presidenciables” que albergaba entonces.

El proyecto consistía en un complicado sistema de asocio mediante el cual, los alcaldes, en su mayoría pertenecientes al partido oficialista FMLN, otorgaban el derecho de recolectar y tratar los desechos sólidos (basura)  del gran San Salvador aplicando técnicas modernas que terminarían con el viejo método de “botaderos” a cielo abierto y los riesgos que estos implican para la salud ciudadana y para la conservación ambiental.

Franco Pacetti, su aliado Matteo Pasquale y unos diez alcaldes del área metropolitana del gran San Salvador, convencieron a Silva sobre la conveniencia de crear una empresa de economía mixta que se dedicara al tratamiento de los desechos sólidos en la cual ellos (su grupo) tendrían un 90% de las acciones y un 10% del que dispondrían las alcaldías municipales asociadas.

Después que en 2004 quedaron al descubierto las irregularidades de la licitación respectiva y el reclamo de unos seis millones de dólares que se dieron por “desaparecidos” y de los cuales el alcalde Silva Argüello no podía responder, este optó por retirarse del negocio de la basura dejando en serios aprietos a sus amigos Pasquale y Pacetti que decidieron vender sus acciones. Las acciones de los canadienses (el 90 % del total acciónario) fueron  adquiridas por una empresa panameña cuyo titular es el empresario Enrique Rais quien convirtió a Mides en lo que es ahora: una empresa rentable y productiva.

Ante esta situación los canadienses intentaron regresar “al negocio de la basura” aduciendo que Rais estaba en  mora con  las  obligaciones contraídas como resultado de la compra de las acciones de Mides. Los canadienses no solo reclamaban a Rais  las supuestas obligaciones en mora sino que, además, exigieron una compensación de varios millones de dólares amenazando con causarle daños si este no lo hacía. Una típica extorsión.

Debido a esa situación Enrique Rais procedió contra los italo canadienses ante la Fiscalía General de la República que tramitó la denuncia y procedió como lo determina la ley. Tanto Matteo Pasquale como Franco Pacetti se encuentran prófugos de la ley salvadoreña y enfrentan una difusión roja de Interpol quienes los buscan acusados de pertenecer al crimen organizado internacional y llevar a cabo actividades de extorsión y narcotráfico.

Las investigaciones nacionales e internacionales sobre los canadienses Pasquale y Pacetti pusieron al descubierto lo que la Real Policía Montada y el propio FBI describen como una peligrosa red internacional de crimen organizado llamada mafia ítalo canadienses con  operaciones en distintos lugares del mundo.

En su afán de contrademandar al empresario Enrique Rais, los canadienses lograron convertir en su aliado a uno de los abogados de Raís al servicio de Mides, un abogado de apellido Calderón y por cuyo motivo fue despedido por su empleador, el señor Rais. Como consecuencia de estos hechos Calderón y su esposa fueron acusados de amenazar a muerte a Rais por lo que en la actualidad guardan prisión.

En su contra demanda los italo canadienses Pasquale y Pacetti han logrado mantener, desde los espacios de una revista (Fáctum) que dirige desde los Estados Unidos el periodista salvadoreño Héctor Silva Avalos, una campaña mediática  contra Enrique Rais con  el evidente fin de influenciar a las autoridades salvadoreñas y también de los Estados Unidos.

El énfasis y la insistencia con que Silva y algunos de sus asociados ponen en los temas que se refieren a Enrique Rais, podrían dar lugar a que se piense que los intereses, tanto de Silva como de sus asociados, van más allá  de la mera acuciosidad periodística, especialmente por ser Silva hijo del ex alcalde que autorizó y estimuló las operaciones de los canadienses Pasquale y Pacetti en El Salvador y que son la contraparte de Rais en por lo menos dos acusaciones extorsión.

Según un informe oficial que la Real Policía Montada de Canada envió a través de la embajada de ese país a la Fiscalía General de la República de El Salvador, el 20 de octubre del año 2003, los ciudadanos italo canadienses Pasquale y Paccetti, resultaron ser un par de pillos asociados al crimen organizado de la mafia italo canadiense como los puso al descubierto un reportaje de El Diario de Hoy.

Enrique Rais asegura estar siendo acosado por lo que califica de una “conspiración” en la que figuran los canadienses Pasquale, Pacetti, el ex fiscal Escobar Portillo, el periodista costarricense que supuestamente lo albergó en Costa Rica, así como el también  periodista  Héctor Silva Avalos. Silva Avalos ha sido denunciado por Enrique Rais por los delitos de calumnia y difamación en un  juzgado de Santa Tecla.

Brian Hugh, primer secretario de la Real Policía Montada de Canadá, en un oficio enviado al ex fiscal Belisario Artiga, le detalla que Pasquale tiene vínculos con Mike Strizzi, persona relacionada con el crimen organizado italiano. El informe de la Real Policía Montada del Canadá también relaciona a Pasquale con Antonio Cinquino, Antonio Iannacci, Perry Perlini y Daniel Sereno, personas relacionadas con el crimen organizado.

Un vocero del grupo Rais que pidió no mencionar su nombre aseguró que la medida del actual fiscal, Douglas Meléndez, de retomar las investigaciones sobre el caso del ex fiscal Escobar Portillo, son una excelente oportunidad para esclarecer en qué condiciones podría seguir operando en el país el crimen organizado y la mafia italo canadiense a la que pertenecen Pasquale y Pacetti y sus aliados en El Salvador.