Un Quijote de Guatemala marchó contra la corrupción

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Con gritos de apoyo, porras y toques de claxon desde sus vehículos, ciudadanos guatemaltecos dan su apoyo a Oswaldo Ochoa, de 62 años, mientras camina por la carretera que lleva a la capital guatemalteca, tocando un pequeño tambor y vistiendo la bandera de Guatemala a manera de capa.

Ochoa decidió hacer una caminata de más de 200 kilómetros en huelga de hambre desde su ciudad natal, Quetzaltenango, hacia la Ciudad de Guatemala, en protesta por los recientes actos de corrupción realizados por varios funcionarios del Estado.

Esta quijotesca hazaña comenzó el domingo 14 de junio y durante estos cinco días diferentes grupos ciudadanos se han unido a él de diferentes formas y han creado una página en la red social de Facebook llamada “Marcha de la dignidad con #ElCaminante”.

En ella, la población guatemalteca puede dar seguimiento a las andanzas de Ochoa, personificado en la portada de la página de esta red social como Don Quijote de la Mancha, un personaje del escritor español Miguel de Cervantes.
Ochoa viaja, en esta caricatura, a bordo de una bicicleta, mientras embiste con un estoque a un molino de viento presidido por el rostro del presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina.

El “Quijote” de Guatemala es un vendedor de productos naturales para la salud en Quetzaltenango, aunque también dice que practica artes marciales, una disciplina que le ha permitido tener la condición física necesaria para recorrer entre 15 y 30 kilómetros al día.

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“Solo he tomado jugo de naranja y agua de coco durante estos cinco días, y he bajado 10 libras desde entonces”, reconoció Ochoa orgulloso en una conversación con periodistas.

“Las grandes cosas requieren grandes sacrificios, tengo ampollas, estoy cansado, dejé mi trabajo… Lo hago por ustedes, por la sagrada tierra que nos da el aire, ríos y comida. Debemos cuidarla; a veces somos muy ingratos con el país, esta es una causa sagrada”, añadió sin perder el paso a una radio local cuando el reportero le preguntó la razón de su caminata.

Instantes después de decir esto, detiene la marcha para sacar un coco de un vehículo que lo escolta en su camino y con un machete, él mismo abre la fruta y bebe con gusto.

“Esto es salud, no beban gaseosas ni Coca Cola, eso es veneno”, dice hacia una cámara de vídeo con sorna mientras continúa su caminata.

Un grupo de cinco jóvenes siguen a este intrépido viajero desde hace unos kilómetros, hablan con él y tratan de seguirle el paso al anciano.

“Venimos de Mixco, el municipio donde dormirá hoy y queríamos acompañarlo”, dice uno de sus seguidores jadeante, casi sin poder seguir el ritmo.

El Caminante dormirá hoy a 15 kilómetros del Parque Central del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala y mañana sábado, a primera hora, saldrá hacia la Embajada de Estados Unidos, para después pasar por la Corte Suprema de Justicia y el Congreso antes de finalizar su recorrido frente al Palacio Nacional.

La gesta de Oswaldo ha ganado detractores y seguidores, sin embargo, en las redes sociales se están organizando grupos de jóvenes que pretenden acompañarlo de regreso a su hogar.