En un gesto que podría desatar la ira en Oriente , el presidente de EE. UU. declaró este martes que la embajada estadounidenses se traslada definitivamente a Jerusalén, reconociendo a esta ciudad como la capital de Israel.
De nada ha sirvieron las advertencias de la UE ni del presidente francés ni las súplicas y amenazas de los países musulmanes. Donald Trump, lejos de cualquier consenso, ha vuelto a demostrar que sólo es fiel a sus promesas electorales. El traslado llevará al menos seis meses.
La Liga Árabe, a solicitud de la Autoridad Nacional Palestina, ha pedido una reunión de urgencia para tratar el asunto. El presidente turco Recep Erdogan convocó a mandatarios musulmanes a una cumbre en Estambul el 13 de diciembre. El papa Francisco pidió “sabiduría y prudencia”.
Líderes del mundo árabe, y hasta el papa Francisco, han expresado su preocupación luego del anuncio de Casa Blanca y expresaron la decisión de Trump pueda alterar el proceso de paz en el Medio Oriente y suponer una amenaza a la seguridad y estabilidad en la región.
Este martes el presidente el presiente Trump comunicó al rey Abdalá II de Jordania, al presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, y al presidente palestino, Mahmud Abás, su intención de trasladar de Tel Aviv a Jerusalén la embajada estadounidense, decisión que fue anunciada este miércoles.