Qué sabe usted de Martín I, el humano ?

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Martín I,el humano (1356-1410). La prematura muerte de Juan I el Cazador, sin dejar descendencia masculina, entregó el Reino de Aragón y los condados catalanes a su hermano Martín I, Gobernador de Sicilia, donde estaba intentando pacificar la revuelta que estalló en la Isla.

Martín I se casó en 1372 con María de Luna, hija del conde de Luna, y de Brianda de Agouth. De los cuatro hijos que tuvo Brianda, solo uno, Martín el Joven, Rey de Sicilia por su matrimonio con María, hija única y heredera de Fadrique de Sicilia y de Constanza, hija de Pedro IV el Ceremonioso, llegó a la edad adulta.

La muerte de Juan I el Cazador colocó a María de Luna, ante la ausencia de su esposo, en una situación muy difícil, ya que tuvo que hacerse cargo de la Regencia del Reino. Mujer de fuerte carácter, gran austeridad, hábil e inteligente, será hasta su muerte, la verdadera protagonista del Reinado de Martín I. La Reina viuda, Violante de Bar, consciente del cambio que se va a producir en las costumbres de la Corte y en la vida política se negó a ceder el puesto a Martín de Luna, anunciando que creía haber concebido un posible heredero al Trono; por tanto, mientras no se supiera el sexo del descendiente, no se podría jurar a Martín I. Tal artimaña no tenía otro fin que ganar tiempo para que Mateo Castellbo, conde de Foix, casado con Juana, hija del difunto Juan I, invadiera Cataluña y reclamara el Trono. Las hostilidades comenzaron en 1396, al apoderarse el conde de Foix de la plaza de Barbastro. Derrotado por el Ejército del conde Jaime de Urgell, el pretendiente tuvo que exilarse en Francia. Mientras, los corruptos consejeros que rodearon a Juan I fueron encarcelados y juzgados. María de Luna envió refuerzos a su esposo, con lo que éste pudo pacificar Sicilia, dejando el Gobierno de la Isla a su hijo Martín el Joven.

En 1397, Martín I regresó a Barcelona, deteniéndose en Avignon para entrevistarse con Benedicto XIII, el Papa Luna, pariente de su esposa, para tratar con él el problema del Cisma, que tanto estaba afectando a la Cristiandad, y rendirle el más cálido homenaje. Si Juan I se apoyó en la nobleza, el nuevo Monarca tendió a apoyarse en el pueblo y en la burguesía. Sin embargo, la actitud de Juan I facilitó la formación de sólidos partidos nobiliarios que se enfrentaron entre sí, ya por razones familiares, ya por meras razones familiares o por la obtención de privilegios.

Estas luchas enfrentaron violentamente al Reino: los Lunas y los Gurreas, con sus clientelas se enfrentaron en Aragón; los Centellas y los Soler lo hicieron en Valencia. Martín I intentó remediar esta situación convocando Cortes, negociando con las distintas facciones y viajando por el Reino. Hizo venir de Sicilia a su hijo, Martín el Joven para que jurara en Barcelona los usos y privilegios de Cataluña en 1405, aunque tuvo que volver rápidamente ante las noticias que le llegaban de Sicilia. Desgraciadamente, la muerte de Martín el Joven, casado en segundas nupcias con Blanca, hija de Carlos III el Noble de Navarra, y la falta de un heredero harían que las banderías alcanzaran unos niveles difíciles de controlar.

A finales de 1406, falleció en Villareal (Valencia), María de Luna verdadero soporte de la política de su esposo. Martín I tuvo entonces que enfrentarse a situaciones de difícil solución, que no quiso o no supo resolver. En los primeros años de su Reinado, intentó consolidar la expansión mediterránea, insistiendo, una y otra vez, en obtener subsidios para armar una flota y un Ejército. Sin embargo, la persistencia de las facciones nobiliarias y las reticencias de las oligarquías burguesas le impidieron completar sus planes. En 1408, la rebelión sarda volvió a estallar con toda su virulencia. Martín I ordenó a su hijo que acudiera desde Sicilia a contener la revuelta en tanto le enviaba refuerzos. En junio de 1409, los sardos, apoyados por genoveses y franceses se enfrentaron al Ejército de Martín el Joven, venciendo a las fuerzas rebeldes en la batalla de Sanluri (Cerdeña). El aragonés se retiró esperando el otoño para desencadenar la ofensiva final. Desafortunadamente, vino la tragedia: Martín el Joven falleció a consecuencia de las fiebres contraídas durante la campaña. El Reino de Aragón se quedaba sin heredero, y el problema de Cerdeña, sin solucionar.

Martín I, con 52 años, viejo, obeso, enfermo, agotado y abatido, aceptó el ruego que le hicieron sus consejeros para solucionar el problema sucesorio. El 17 de septiembre de 1409, Martín I contrajo segundas nupcias con Margarita de Prades. El nuevo matrimonio no dio el ansiado heredero y aceleró la muerte del Monarca. Martín I presionaba para que la Corona de Aragón recayese sobre el hijo bastardo de Martín el Joven, Fadrique, pero todos los estamentos se negaron a reconocer por Rey a un hijo ilegítimo. Las luchas se intensificaron, buscando cada bando su propio candidato. El 31 de mayo de 1410, falleció Martín I, dejando a los miembros de sus Reinos la responsabilidad de elegir sucesor.

Martín I, recibió el apodo de el Humano por su carácter bondadoso y, también por la protección que prestó a las Humanidades. Fue muy aficionado a la Geografía y a la Navegación, en la que catalanes y mallorquines destacaron durante su Reinado, encontrándose en su biblioteca numerosas obras de estas artes. Gran jugador de ajedrez y damas, quedan referencias de que era poseedor de varios manuales de estos juegos, así como de numerosos y artísticos tableros.