Un juez ordenó el arraigo del presidente guatemalteco Otto Pérez Molina para impedir que salga del país luego de que el Congreso le retiró la inmunidad que permite procesarlo penalmente tras ser involucrado en un fraude fiscal.
La fiscal general Thelma Aldana informó en rueda de prensa que tras el fallo legislativo solicitó el arraigo, el cual fue concedido por un juez.
“Cómo fiscal puedo tomar acciones y creo que el arraigo es una medida precautoria”, dijo Aldana, quien explicó que los delitos por los que se investiga a Pérez Molina son asociación ilícita, cohecho pasivo y caso especial de defraudación aduanera.
Horas antes el Congreso había retirado la inmunidad al presidente, de 64 años, y abrió la posibilidad de que se le procese por sus presuntos vínculos con el fraude, que ya llevó a su vicepresidenta Roxana Baldetti a la cárcel y que ha sumido al país en una crisis política sin precedente en la historia reciente.
“Guatemala está dando muestras de que nadie es superior de la ley y en consecuencia es un mensaje para todos los funcionarios públicos actuales y futuros de que nuestra actuación debe sujetarse a la Constitución”, señaló la fiscal.
Aldana explicó que hay pasos a seguir en el proceso, el cual luego del arraigo, podría incluir la solicitud para que Pérez Molina se presente a declarar ante un juez o la posibilidad de que se solicite una orden de aprehensión, las cuales serán acciones a corto plazo.
El vocero presidencial, Jorge Ortega, había dicho poco antes que el mandatario respetaba el fallo del Congreso y que enfrentará la justicia.
“El presidente está consciente del nuevo escenario, que no era el más deseado pero era muy probable”, dijo el portavoz a periodistas.
Con una votación unánime a favor de 132 legisladores presentes, el pleno del Congreso tomó la histórica decisión de quitar la inmunidad a Pérez Molina, quien ha rechazado haber formado parte del fraude.
El retiro de la inmunidad no lo remueve de la presidencia, pero permite que se le procese como a cualquier otro ciudadano y que a la larga un juez pueda solicitar su detención.
El Congreso necesitaba 105 votos de los 158 diputados del Congreso.
“El partido nos dio línea para votar y retirarle la inmunidad al presidente. El que nada debe, nada teme”, dijo a periodistas el diputado oficialista Luis Fernández Chenal.
Adriana Beltrán, analista sobre Guatemala de la organización Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), calificó la determinación legislativa como un “extraordinario” mensaje para quienes han reclamado por cambios políticos y judiciales.
“Aquellos que en un determinado momento fueron considerados intocables pueden ser llevados a la justicia”, comentó.
Frente al Congreso y al Palacio Nacional miles de personas celebraron la decisión y se escucharon fuegos pirotécnicos.
“¡Excelente, es un paso adelante para Guatemala!”, exclamó Gerardo Corzo, un jubilado de 71 años que acudió al lugar acompañado de su mujer.
“Se demuestra con esta decisión que el pueblo y su accionar colectivo obtiene resultados, pero esto es sólo el principio”, dijo Byron Garón, coordinador del Colectivo de Estudios Rurales Indígena Ixim. “Ahora queremos que se le juzgue a él y a su vicepresidenta, se le condene y le devuelvan a Guatemala todo lo que le robaron”.
Familias tomándose selfies, estudiantes y grupos de amigos con banderas de Guatemala se agrupaban luego del fallo frente al Palacio de Gobierno, entre gritos de “¡Sí se pudo!” y “¡Otto, te vas a ir al bote!”, en alusión a la cárcel.
El escándalo que ha salpicado a Pérez Molina se desató cuando fue identificada una red denominada “La Línea” por la que funcionarios y particulares presuntamente habrían recibido sobornos de empresarios para que les ayudaran a evadir impuestos en sus importaciones.
La Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala habían solicitado el retiro de la inmunidad a Pérez Molina tras determinar que estaría involucrado en el caso.
Baldetti renunció al cargo el 8 de mayo y la semana pasada fue enviada a prisión preventiva.
Antes de la sesión, algunas personas formaron una valla para ayudar a los diputados a ingresar al Congreso luego que manifestantes a favor del mandatario bloquearon la entrada al edificio y no permitían el ingreso de empleados y legisladores.
Por la tarde, después de la votación, la gente no dejaba de agitar sus banderas afuera del Congreso y, contrario a los insultos que algunos diputados recibieron previo a la sesión, la gente los abrazaba y saludaba mientras abandonaban el recinto.
“Su insistencia de no renunciar (de Pérez Molina) me causó frustración, pensé que no le quitarían la inmunidad”, dijo Marcela Fernández, una maestra de primaria. “Esto es un paso que ojalá sigamos manifestando cuando haya otras injusticias”.