Los impopulares y odiosos impuestos

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Por Mauricio Eduardo  Colorado.-

Todo el mundo en El Salvador, conoce el abuso de los funcionarios del gobierno con el excesivo gasto de nuestros impuestos. En la Asamblea Legislativa, se sabe de los más extravagantes e innecesarios gastos, como por ejemplo, automóviles nuevos, de los más caros y lujosos para los directivos, viajes con gastos y viáticos para los diputados y sus acompañantes a todos los países del mundo, sin que tales viajes traigan provecho para los salvadoreños; asesores incognitos con sueldos de ministros de estado; comidas y refrigerios de lujo en forma ordinaria y consecutiva; salarios y gastos de representación exorbitantes; parientes en plazas creadas para mantener con salario a muchos favorecidos de alguna amistad, o algo mas, pero donde hay mucho sentimientos afectivos.

También se conocen las grandes necesidades de la población en Salud Pública, Educación, y Obras  Públicas  y otros rubros, donde se aprecian la falta de medicinas y camas en hospitales y unidades de salud, escuelas prácticamente  en ruinas, y calles en situación deplorable que necesitan urgentes reparaciones, pero que nunca se hacen. Si no fuera porque ese es el diario acontecer, tal vez los contribuyentes no pondrían el grito en el cielo cuando se anuncia que el gobierno, -representante de los pobres- pretende implementar nuevos impuestos “para reforzar la seguridad”, impuesto que cargara a la telefonía, afectando a todo aquel que hable por teléfono, o use el internet, y otro tipo de comunicaciones modernas.

Pero en esta ocasión, a “la gran pensada” de las autoridades hacendarias, les ha salido el tiro por la culata- como la carabina de Ambrosio-, porque hasta los partidos comparsas, que bailan  al son del  partido de gobierno, han comprendido: no que van a perjudicar al pueblo más humilde, sino que se exponen  a perder votos en próximos comicios electorales.

Así las cosas el partido supuestamente “redentor” de las clases populares y humildes, ha tenido que suspender, por lo menos por un tiempo, el programado despojo obligatorio a los bolsillos de toda la población.

Los salvadoreños no deben bajar la guardia, ya que como han podido darse cuenta, la voracidad hacendaria es insaciable, mientras las voluptuosidades  del gobierno no sean satisfechas.

Todos hemos visto como las pensiones de los empleados han sido atacadas para justificar una reforma que so pretexto de mejorar el sistema, a quien mejora es a los altos funcionario del gobierno, porque le permite tomar los fondos ajenos, gastárselos en lujos, y dejar la responsabilidad de la recuperación a un futuro y desconocido gobierno, que, de ser igual de irresponsable, endeudará mas a la nación. Que Dios se apiade de este pueblo, que tiene un destino oscuro, sin luz al final del túnel.

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