Por Mauricio Eduardo Colorado.-
He sostenido a través de mis artículos, que existe un deseo de transformar nuestro querido El Salvador en un estado socialista de corte radical tipo la Cuba de Fidel, o los demás países sudamericanos que de alguna forma han pretendido abrazar esas doctrinas de izquierda que no han tenido éxitos sobresalientes en mejorar el estatus socio económico de los países en los cuales han tenido acceso al poder político.
Demás está mencionar a Venezuela, que en poco más de un decenio, los gobernantes han convertido un país petrolero próspero, donde el bienestar de sus ciudadanos era elocuente, en un estado pobre, en el cual para conseguir el alimento diario, la gente tiene que madrugar, a hacer grandes colas en los lugares de distribución de productos esenciales a efecto de obtener unos pocos productos cada vez más escasos.
En nuestro país, quienes gobiernan actualmente, trataron por mucho tiempo buscar el poder por medio de las armas, pero al final al no recibir el apoyo de la población, tuvieron que llegar a un acuerdo con las autoridades reglamentarias para incorporarse al método convencional de utilizar los métodos reconocidos internacionalmente: las elecciones. Accedieron por dicho sendero (en un evento lleno de nubarrones en su pureza) pero, con todo, lograron arribar al mando político del órgano ejecutivo.
Sin embargo, ante la impotencia de controlar en buena lid los órganos legislativo y judicial, han recurrido a métodos de ética cuestionada, para obtener el control total del poder de nuestra amada nación.
En cuanto al legislativo, se buscan coaliciones con partidos minoritarios que han sido cuestionados por suposiciones de la intervención “del nefasto hombre del maletín” que de alguna forma “convence” de dar los votos en tal o cual sentido.
Dentro de todos estos esfuerzos para obtener el poder absoluto, además de utilizar procedimientos de dudosa transparencia, es frecuente observar piquetes y expresiones violentas contra quienes no se avienen a sus deseos arbitrarios de obtener voluntades.
No es una, sino varias oportunidades en que los piquetes amenazan la humanidad de los magistrados, y últimamente hemos visto un intento de asalto en las puertas del más alto tribunal de justicia del país.
Se ha pedido por estos profesionales de la ilegalidad la destitución de la Sala Constitucional, por la insólita razón de cumplir su misión para la que se ha colocado en esos cargos: respetar y hacer que se respete la constitución
El caso último relativo al permiso de salida del país del presidente de la República, que pese a la sentencia de la Sala que dictaminó, que debe otorgarse un permiso por cada salida, se mantuvo en forma pertinaz, en la práctica de conceder permiso por tiempo (seis meses), y con el agravante de que en primera votación no obtuvo la cantidad de votos que exige la ley, o sean 43 votos. (Lo anterior en duda por el sentido que sugiere el art. 143 de la CN que dice: Cuando un proyecto de ley fuere desechado o no fuere ratificado, no podrá ser propuesto dentro de los próximos seis meses). Nuestro país rechaza la forma arbitraria en que algunas autoridades, por ignorancia, o por rebeldía natural y en forma consciente, proponen la desobediencia de las leyes o de las sentencias, que son de cumplimiento obligatorio, lo cual de no ser así, nos llevarán por vías pavimentadas, a la anarquía y mayor caos del que ya vivimos.
Si Venezuela sigue siendo el faro y la guía de nuestro gobierno, también llegaremos a los niveles que actualmente presenta esepaís, con carácter de Insurrección popular, que cualquiera sea el desenlace, significará una pérdida para esa ex gran nación de sur américa.
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