A un salvadoreño pobre le toma seis generaciones para aumentar sus ingresos económicos.
De acuerdo a la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), un salvadoreño que nació en una familia pobre demora en mejorar sus ingresos económicos toda su vida sin lograrlo, hasta su sexta generación. Lo que incide además que los integrantes de familias pobres tienen menos oportunidades de terminar los estudios, lo cual ralentiza y condena de manera negativa su avance económico y por ende social.
Según Óscar Cabrera, presidente de Fudecen y expresidente del Banco Central de la Reserva (BCR), según datos oficiales en 2022 solo un 8.7 por ciento de los salvadoreños con menores condiciones económicas tuvieron un logro educativo mayor, mientras que un 36 por ciento con ingresos superiores estudiaron más que sus padres, con lo cual ampliaron las oportunidades de un empleo digno y contar con cobertura de seguridad social.
El estudio cita cifras según las cuales apenas un 34.9 por ciento de los que nacieron en la década de 1980 logró finalizar estudios secundarios y procedían de familias cuyos padres tampoco completaron la escuela. En los casos de los hogares con mayores ingresos, la probabilidad de concluir la educación sube a un 70 por ciento.
El estudio abordó la diferencia en la movilidad social y mejorar los ingresos económicos, lo cual es uno de los motivos de la frustración de la sociedad salvadoreña y validó que el modelo neoliberal implementado en la economía no resuelve los problemas de los hogares.