El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el jueves que perdona todas las condenas federales leves por posesión de marihuana. La medida, cargada de simbolismo, allana el camino hacia la despenalización total del uso del cannabis en el país, que ya es legal en muchos Estados: 37 han aprobado su uso médico; y entre ellos, en 19 está autorizado también su uso recreativo entre los adultos.
Las autoridades calculan que esos indultos afectarán a unas 6.500 personas, condenadas por la ley federal entre 1992 y 2021, así como a otras miles en el Distrito de Columbia, el que alberga Washington. Nadie está cumpliendo ahora mismo una pena en una prisión federal por estos delitos leves, pero muchos sí cargan con antecedentes por esos motivos, lo que puede suponer un obstáculo para obtener un trabajo o acceder a una vivienda. Fuera del perdón quedan los delitos por producción de marihuana o por posesión con la intención de traficar con ella.
“Como dije a menudo durante mi campaña presidencial [de 2020], nadie debería estar en la cárcel solo por consumir o poseer marihuana”, ha dicho Biden en un comunicado remitido por la Casa Blanca. “Enviar a personas a prisión por ese motivo ha afectado la vida de demasiadas personas, al condenarlas por conductas que muchos estados ya no prohíben. Los antecedentes penales por posesión de marihuana también han impuesto barreras innecesarias al empleo, la vivienda y las oportunidades educativas”. El presidente denuncia también en el texto que esto afecta mucho menos a los blancos que al resto de los estadounidenses.
Biden ha solicitado al fiscal general, Merrick Garland, que se ponga a ello. A los gobernadores de los diferentes estados les pide “que hagan lo mismo con respecto a los delitos estatales”, porque lo que sirve para una prisión federal, vale para el resto de las cárceles, según ha asegurado el presidente.
“En tercer lugar, solicito al Secretario de Salud y Servicios Humanos y al fiscal general que inicien el proceso administrativo para revisar la consideración la marihuana en virtud de la ley federal”, continúa el comunicado. Actualmente, la sustancia está en la en la categoría de “las más peligrosas”, junto a la heroína o el LSD, e incluso se tiene por mas grave que el fentanilo (opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina) y la metanfetamina, drogas que están provocando una verdadera epidemia de sobredosis en Estados Unidos. Solo en 2021, murieron 107.00 personas en el país, lo que supuso, según las autoridades sanitarias, un aumento de un 15% con respecto al año anterior.
“Aun cuando cambie la regulación federal y estatal de la marihuana”, continúa la declaración de Biden, “deben mantenerse importantes limitaciones al tráfico, la comercialización y la venta a menores de edad. Demasiadas vidas han cambiado debido a nuestro enfoque fallido de la marihuana. Es hora de que corrijamos estos errores”.
Los activistas en favor de la legalización celebraron inmediatamente la noticia. También lo hicieron candidatos a las próximas elecciones legislativas del próximo mes de noviembre, como el carismático aspirante a senador por el Estado de Pensilvania, John Fetterman, que ha hecho de la legalización del cannabis uno de los puntos ineludibles de su programa, y corrió a tuitear: “Lo logramos, Joe”.
El gesto de Biden también admite una clara lectura política. Los asesores de La Casa Blanca en la materia no ocultan que este anuncio podría animar a sectores como los jóvenes o la población negra, la más afectada por la persecución policial de este tipo de delitos, a votar el 8 de noviembre en unos comicios en los que está en juego el control de las dos cámaras (se elige la totalidad de los escaños del Congreso y la tercera parte de los del Senado), y en la que las encuestas dan por hecho que los demócratas perderán la mayoría que tienen en la Cámara Baja.
Con información de El País