Guatemala y El Salvador en alerta tras la fuga de “El Chapo” en México

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La Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador se declaró en alerta este domingo ante la posibilidad de que Joaquín “El Chapo” Guzmán ingrese a territorio salvadoreño.

A través de su cuenta en twitter, la @PNC_SV, confirmó que ha emitido la alerta en “puertos terrestres, aéreos y marítimos” para proceder a la “captura”.

El jefe del cartel de Sinaloa se fugó este sábado de una prisión de máxima seguridad en Almoloya de Juarez, México, a través de un túnel.

Eso ha llevado a otros países como Guatemala a incrementar los controles en la frontera.

También las autoridades guatemaltecas emitieron la mañana del domingo una alerta en todas las zonas fronterizas con Mexico.

La viceministra de Gobernación Pahola Ovalle dijo que se redoblará la vigilancia en las fronteras para evitar que el prófugo ingrese al país.

Este reforzamiento incluye la vigilancia de más de 100 puntos ciegos que existen en la frontera.

El viceministro de Gobernación Elmer Sosa también indicó que investigarán si el Chapo Guzman tiene colaboradores de otros cárteles que operan en territorio guatemalteco que podrían prestarle ayuda.

Fuga del “Chapo” comenzó a prepararse hace un año

(Agencias/DL) – Hasta hace poco más de un año, en el lugar donde hoy se levanta la casa en la que desemboca el sofisticado túnel por el que se escapó Joaquín “el Chapo” Guzmán, no había nada, solo hierba.

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El domingo, 12 horas después de la fuga, ninguno de los vecinos con los que habló había sido interrogado por las autoridades.

Tres personas de viviendas cercanas a la que escondía el túnel y que hablaron con periodistas a condición de guardar el anonimato, también mencionaron que una furgoneta blanca iba y venía del inmueble a menudo, y que esa gente “emparejó” el camino de terracería, es decir, lo allanó, pero ninguno podía pensar que el narcotraficante pasara tan cerca.

No obstante, una de esas personas, una mujer que dijo que su hijo trabajó de albañil en la construcción de la casa, que le pagaron bien y que se hizo en solo tres meses, se mostró extrañada de que por ahí escapara el Chapo, pero dijo que el hombre que conducía la furgoneta blanca y pasaba por delante de su casa a menudo nunca le dio buena sensación.

Con bodega

La casa del túnel es una construcción con una parte de un solo piso y ventanas, que asemeja una vivienda, y otra parte de mayor altura como si fuera un almacén o bodega. Las casas más cercanas están a unos 300 metros y son ranchos habitados por granjeros y campesinos.

El inmueble se encuentra a 1.5 kilómetros de la cárcel de máxima seguridad, que se divisa a la perfección desde la pequeña loma en la que se encuentra, y a unos tres kilómetros de una base del Ejército, el Octavo Regimiento Motorizado del ejército, que se ubica en dirección contraria a la prisión y formando un triángulo con ella y la casa del túnel.

Uno de los rancheros, cuyas tierras limitan a un lado con la casa de la fuga, por otro con el canal que bordea la prisión de máxima seguridad, y por un tercer lado con terreno federal militar, dijo que a los nuevos dueños no se les veía mucho pero que él coincidió con un hombre y una mujer, aparentemente un matrimonio, que eran muy educados.

“Un día llegaron mis vacas hasta la casa pero yo no vi nada raro”, declaró el anciano de 74 años que se alegró de que esa gente arreglara un poco el camino de tierra.

Su hijo, un trabajador de una cadena de repuestos de vehículo y que acompaña a su padre los fines de semana, señaló que se escuchó la llegada de un helicóptero sobre las 9:30 o 10 pm pero que no les sorprendió hasta que no comenzaron a escuchar el jaleo de las patrullas pues a menudo aterrizan en la prisión o en la zona militar. “No quisimos ni asomarnos”, dijo el hombre mientras cuidaba sus caballos.

Madre de albañil

La única persona que afirma haber visto algo sospechoso fue la madre del albañil, un joven de 20 años que ahora vive en la Ciudad de México. Ella habla de dos diferentes propietarios: el primero un señor de unos 70 años que fue el que dirigió la construcción y luego de un hombre más joven y gordo que conducía la furgoneta blanca.

“Debió costar muchísimo dinero porque son unas 5 hectáreas”, dijo. “Al ver pasar a los trabajadores mi hijo les preguntó si tenían chamba (trabajo) le dijeron que sí y eso hizo, le pagaban bien. Eran como unas 12 personas las que construyeron la casa. Yo pensé preparar tortas para írselas a vender a los albañiles así me sacaba algo pero mi hijo dijo que no hacía falta”.

Luego su hijo le dijo que ya no le iban a dar trabajo porque el anciano había vendido la casa y el nuevo dueño traía a sus propios trabajadores, añadió la mujer.