Mauricio Funes ha sido puesto al descubierto por el Fiscal General de la República y, por más tuits que este escriba desde Nicaragua ya no puede convencer a nadie: su campaña presidencial fue financiada por la corrupción internacional o al menos por una de sus representantes más significativos como lo es la empresa brasileña de construcción Oderbrecht.
El fiscal general de la República, personalmente, se ha cerciorado de los pormenores de la trama que se urdió para hacer llegar millones de dólares a la campaña para financiar el “invento” de Shafik y de Hato Hasbún como se le llamó a la candidatura efemelenista del conductor noticioso Mauricio Funes a la presidencia del país.
Con los datos recabados de sus colegas brasileños, el fiscal Douglas Meléndez tiene más que suficiente. El camino está abierto para la judicialización de las investigaciones sin que importen los chillidos ni las pataletas de Funes.
Ahora no se trata de chambres ni rumores. Es la palabra del fiscal general de la República la que dice que existen indicios suficientes de que dinero de la compañía constructora brasileña Odebrecht pudo haber financiado la campaña electoral del ex presidente Mauricio Funes en el 2009, cuando fue candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN); suficiente para que proceda la judicialización del caso.
Está demostrado local e internacionalmente que la empresa brasileña Oderbrecht ha sido procesada y condenada por tribunales por tribunales estadounidenses y brasileños por haber sobornado a distintos gobiernos latinoamericanos para obtener contratos millonarios de construcción, como es el caso del Chaparral, en el que Funes tendrá que explicar los famosos 108 millones que regaló para que supuestamente no enjuiciaran a El Salvador.
En sus propias palabras, el fiscal Meléndez lo ha dicho: “Tenemos información de que hubo flujo de fondos relacionados con esta empresa, Oderbrecht, para la campaña del ex presidente Funes.”
Mientras, desde Nicaragua, Funes se burla de todo y de todos y cree que también puede hacerlo del fiscal Meléndez. Asegura que no es cierto que Oderbrecht haya financiado su campaña y que la fiscalía no tiene pruebas de ello. “La Fiscalía está acostumbrada a fabricar casos, pero un juez necesita pruebas para condenar”, dice.
La pelota está en la cancha del fiscal y por más que Funes “lo rete” y se devane el coco, imaginando formas de engañar a la opinión pública, su tiempo de enfrentar la justicia le está llegando, como reza el refrán: «à chaqué porc vient la Saint Martin, dicho de otro modo, a todo cerdo le llega su sábado. Llegó pues, la hora de pagar las culpas; todo depende de que el fiscal se ponga las pilas.
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