¿Feliz Navidad?

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Por Mauricio Eduardo Colorado.-

Ha llegado el tiempo en que grandes sectores de población cristiana celebra la venida de quien se personifica en un ser humano, para sufrir las penurias que el desarrollo del mundo requiere pada obtener el perdón de Dios, por los pecados cometidos por la humanidad. Las iglesias cristianas, reconocen el 24 de diciembre de cada año, como la fecha del advenimiento del Dios segunda persona, conocido como el hijo, o sea el Dios Personificado en un ser humano.

En realidad, el misterio de esa personificación, no deja de ser difícil de entender, si acaso no es imposible para los humanos, razón por la que debe imponerse la fe, para lograr su inteligencia. Por siempre hemos tenido personas que al no apoyarse en la fe, (Don y Gracia de Dios), pretenden explicar el fenómeno en base a la razón, y concluyen en el error, y por esa conclusión, niegan toda la versión en la que se basa la filosofía y religión que domina gran parte de la existencia humana. Por siglos, el misterio de la existencia de Dios, en sus tres personas, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, ha mantenido a los grandes pensadores en una especie de limbo al no poder demostrar científicamente, ni por lógica, ni matemáticamente lo que llamamos el Misterio Trascendental de la existencia humana. Se pretende entonces negar la existencia del ser eterno, superior y absoluto, porque nuestra limitada capacidad de raciocinio, no nos permite concluir con absoluta certeza.

Sin embargo de todo lo anterior, muchos que creemos en las sabias enseñanzas de los Santos Evangelios, y en la doctrina de la Iglesia Católica, tenemos la dicha de gozarnos y vivir en ésta época, todos los recuerdos de esos santos relatos que se circunscriben alrededor del nacimiento de aquel niño que llegó a la tierra para redimirnos y abrirnos las puertas dela casa celestial, perpetua y eterna, para gozar de la Gloria de Dios. La concepción del niño, el anuncio de un Ángel a una virgen llamada María, la aceptación de esta de una maternidad privilegiada, la existencia de una familia Sagrada, encargada a un carpintero como jefe, San José, la persecución del Rey Herodes, temeroso de que el niño próximo a nacer, lo desplazara del poder, el asesinato de todos los menores por parte del poderoso rey, y la huida a Egipto, para proteger al niño, no deja de ser un relato grandioso que nos permitimos disfrutar, y en los tiempos modernos conmemorar y celebrar con optimismo y alegría, y como una esperanza en nuestras vidas, con la fe de una eternidad feliz que debemos luchar por obtener, y con fe en las promesas de ese chiquillo que llegó para tomar en nuestro nombre, el sufrimiento que la humanidad debía pagar como pasaporte a una vida mejor.

El egoísmo de la humanidad, no ha permitido que la vida natural fluya con equidad y cordialidad, permitiendo divisiones y desbalances en el desarrollo de la justicia, permitiendo pobrezas y riquezas extremas, que distorsionan el deseo de la divinidad, y generan pruebas para todos, que mantienen las pruebas para vivir en Santidad a todos los humanos. La época actual, no se sustrae de la realidad humana, y los cristianos, con optimismo celebramos el nacimiento  de ese niño que con su sacrificio, ha dado la posibilidad de salvación a la humanidad. De ahí que nuestro saludo a todos nuestros lectores  ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!