El Vaticano juzgará al exnuncio en República Dominicana por pederastia

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El sacerdote Josef Wesolowski, en 2009 en Santo Domingo.

Un exarzobispo polaco, en el banquillo; dos obispos estadounidenses, fuera de la circulación. El papa Francisco no quiere que quede ninguna duda de su determinación para erradicar la pederastia en el seno de la Iglesia. El Vaticano anunció durante la mañana del lunes la apertura de un juicio por abusos de menores contra Jozef Wesolowski, exnuncio en República Dominicana, y, casi de forma simultánea, la dimisión -forzada por Jorge Mario Bergoglio- de dos obispos de EE UU que encubrieron a un sacerdote encarcelado por pederastia.

El caso de Wesolowsky se puede considerar, además, histórico. No solo porque será la primera vez que el tribunal vaticano procesa a un jerarca de la Iglesia por delitos tan graves desde el punto de vista penal y moral—abusos a menores y posesión de material “pornográfico-pederasta”–, sino porque el verdadero fiscal del proceso, cuya vista oral comenzará el 11 de julio, ha sido el Papa.

No en vano fue Bergoglio quien el pasado mes de septiembre ordenó el arresto domiciliario de Jozef Wesolowsky, de 66 años, acusado de abusar de menores durante los cinco años –de 2008 a 2013— en que fue nuncio en República Dominicana. “El arresto”, dijo entonces el jesuita Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, “se debe a la voluntad expresa del Papa para que un caso tan delicado y tan grave se aborde sin demora, con el derecho y el rigor necesario, con plena asunción de responsabilidad por parte de las instituciones que forman la Santa Sede”. Poco después se comunicó –y no se ocultó como venía siendo habitual—que, durante la detención de Wesolowsky, la gendarmería vaticana descubrió una gran cantidad de material pornográfico que podrían servir para probar los delitos cometidos durante su etapa como nuncio.

El polaco fue destituido de su cargo al frente de la nunciatura en Republicana Dominicana en agosto de 2013, después de que un programa de investigación dirigido por la periodista Nuria Piera y transmitido por televisión denunciara que el alto cargo del Vaticano había pagado supuestamente por mantener relaciones sexuales con menores. Tras el programa, el cardenal dominicano Nicolás de Jesús López Rodríguez informó personalmente al papa Francisco de las denuncias y calificó el asunto de “sumamente grave”. Menos de un año después, en junio de 2014, el prelado polaco fue expulsado del sacerdocio tras un proceso canónico instruido por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio.

“Por cuanto respecta al periodo [desde agosto de 2013 a septiembre de 2014] transcurrido en Roma antes de su detención”, informó el Vaticano, “el procedimiento le imputa el delito de posesión de material pornográfico-pederasta, un [nuevo] delito introducido en la ley número VIII del 2013 por el papa Francisco. Para el periodo precedente, las acusaciones se basan en el material probatorio transmitido por la autoridad judicial de Santo Domingo sobre los abusos a menores”. La cuestión que los jueces del Vaticano deberán dilucidar a partir del 11 de julio es si las leyes introducidas por Bergoglio para castigar los delitos de pederastia se podrán aplicar al exnuncio polaco con carácter retroactivo.

Por si quedara alguna duda de que ya se acabaron los tiempos –décadas enteras—en que la Iglesia oficial miró para otro lado e incluso encubrió a los pederastas, el Vaticano también informó de que el papa Francisco ha forzado la dimisión del arzobispo de la ciudad estadounidense de Saint Paul y Minneapolis, John Clayton Nienstedt, y de su obispo auxiliar, Lee Anthony Piché, acusados ambos de encubrir a un sacerdote que abusó de menores entre 2010 y 2011 y que ahora está cumpliendo una condena de cinco años de prisión.