El lejano Helsinki Olympic Stadium, de Finlandia, fue el escenario que albergó la final de la Supercopa de Europa. El Real Madrid, campeón de la Champions League, se enfrentó al Eintracht Frankfurt, poseedor de la última edición de la Europa League. Y a pesar del favoritismo para el Merengue, al destino escandinavo viajaron 5 alemanes por cada español, lo que significó un ambiente con acento germano.
Con un gran apoyo del público, los liderados por Oliver Glasner tuvieron la ocasión más clara para abrir el marcador antes del primer cuarto de hora. Fue a través de una veloz intervención de Daichi Kamada que culminó con una extraordinaria respuesta de Thibaut Courtois. La atajada del belga hizo reaccionar a la potencia española. Y unos instantes más tarde, luego de una proyección de Federico Valverde, Karim Benzema recibió del uruguayo y habilitó a Vinicius, quien de primera dejó sin posibilidades a Kevin Trapp. Sin embargo, cuando el brasileño se disponía a celebrar su conquista, Tuta apareció en la línea de fondo y mantuvo la paridad en el marcador gracias a una maniobra de gran sacrificio.
Antes del descanso ambos equipos volvieron a coquetear con el gol. El Eintracht Frankfurt probó con un disparo de Christopher Lenz que volvió a exigir a Courtois, mientras que el Merengue insistió con la agresividad de Vinicius, quien pudo haber festejado si no hubiera sido por la notable reacción de Trapp. De todos modos, el tanto ibérico llegó a los 37 minutos. Fue después de un envío aéreo en el que Casemiro abasteció a David Alaba para que el defensor austríaco marcara el 1 a 0 sin ninguna resistencia. La obra fue 70% del brasileño y el 30% restante del central.
En el complemento los de Carlo Ancelotti se encargaron de manejar los tiempos del partido con una clara posesión a su favor. Con Luka Modric como máximo referente en la distribución, el croata se adueñó de la pelota para darle una salida limpia al sector defensivo y gestar las acciones de ataque con profundas asistencias que complicaron a la última línea alemana. Por tal motivo, Glasner envió a la cancha a Mario Götze y Randal Kolo Muani para tener mayor jerarquía en su ofensiva.
No obstante, el pleito continuó bajo la tutela del Real Madrid. En una triangulación perfecta que tuvo como protagonistas a Modric, Toni Kroos y Casemiro, el brasileño estrelló el travesaño y el sonido metálico representó un alivio para los alemanes. Sin dudas, sus únicas esperanzas para llegar al empate se amparaban en la mínima diferencia.
Todo comenzó a resolverse cuando Karim Benzema selló el 2 a 0. Con su cara interna, el francés liquidó el choque después de una aparición de Vinicius, quien desarticuló a la defensa rival y se asoció con el goleador para que éste resolviera con una clase de técnica y precisión.
Con autoridad y sin inconvenientes, el Merengue sumó su título 98 de su historia. La victoria le permitió adquirir por quinta vez la Supercopa de Europa, dado que en el pasado ya lo había hecho frente al Manchester United (en 2017), el Sevilla (2014 y 2016) y el Feyenoord (2002). El club más grande del planeta sumó una nueva estrella. Y en esta ocasión su víctima fue el Eintracht Frankfurt.